"A la buena de Dios y que sea lo que Dios quiera", así es como se prepara para la inminente llegada del Huracán Delta el albañil Ignacio Sánchez Reyes de 45 años, residente de la colonia irregular el Milagro, una de las zonas vulnerables en Benito Juárez.
El alarife sólo cuenta con un kilogramo de tortilla y una olla de frijoles que hierve en una improvisada fogata en el piso de tierra de su humilde choza confeccionada con madera y láminas, la cual espera que soporte las rachas de viento del fenómeno meteorológico.
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Para Sánchez Reyes no hay compras de pánico, de su sueldo que apenas y alcanza los dos mil pesos semanales ya no queda un solo centavo; esta semana solo cobró la mitad porque las constantes lluvias no le permitieron trabajar varios días.
Impacientes en la sala, sus dos hijos de 11 y 14 años, esperan para almorzar mientras acarician a su mascota "venganza" quién muestra todos y cada uno de sus huesos de su desnutrido cuerpo.
Así es como sin ningún preparativo más que la fe puesta en el creador que este habitante de Cancún se prepara para recibir la furia de Delta, el primer huracán en su vida al que esperar sobrevivir junto a su familia.
Por Rubén Cruz