A pesar de la crisis económica que se padece en las familias de las comunidades indígenas a consecuencia de la pandemia por COVID-19, la tradición del Hanal Pixán se mantiene viva.
Tal es el caso de la familia de doña Agustina Rivas que desde la mañana empezó a trajinar junto con sus hijas para preparar la ofrenda para los Fieles Difuntos.
Previamente acudió al molino para la molienda del nixtamal para luego preparar las tortillas y el chirmole, dulce de papaya y calabaza además del atole, para ser ofrecidos a su esposo e hijo fallecidos hace más de una década.
Menciono que a pesar de la crisis económica por esta enfermedad que ha afectado a cientos de familias de las comunidades, "con la bendición de Dios nos ha alcanzado para adquirir los insumos y todo lo necesario para la ofrenda para los Santos difuntos".
El Hanal Pixán es una tradicional que se mantiene viva por nuestras creencias y enseñanzas que nos legaron nuestros padres, abuelos y personas adultas, señaló doña Agustina Rivas.
Por Justino Xiu Chan