Las tres carpas hospitalarias que se encuentran en las afueras del Hospital General Jesús Kumate Rodríguez no cumplieron con la función para la que fueron colocadas, a pesar del gasto de poco más de 500 millones de pesos que el gobierno del estado destinó.
En un principio se contempló para la atención de pacientes de COVID-19, sin embargo, en ese espacio se atendieron pacientes con otros padecimientos, incluso una de ellas nunca albergó a pacientes y actualmente estas carpas se encuentran vacías y con afectaciones luego del paso de los huracanes.
La primera carpa que se encuentra en la parte trasera del hospital, se entregó el jueves 30 de abril contaba con la capacidad para 50 pacientes, sin embargo, se destinó a personas que se atendían otros padecimientos sin tener que entrar a las instalaciones del nosocomio, para mantener a los pacientes seguros del virus
Las otras dos contaban con 182 camas que se sumaron a las 105 que tiene el Hospital General, contabilizándose un total de 291 camas para la atención de pacientes con COVID-19, donde sólo 62 contaban con respirador artificial, de las cuales 40 fueron entregadas por el Instituto de Salud para el Bienestar.
La mañana del siete de octubre el gobierno del estado informó que las carpas hospitalarias serían retiradas ante el inminente el paso del Huracán Delta, sin embargo, esto no sucedió, la mañana siguiente se pudo notar la afectación que estas habían registrado, las tres carpas hospitalarias se quedaron sin techo, asimismo algunas partes laterales se rompieron.
Una vez que lograron colocar nuevamente los techos, llegó el 26 de octubre el Huracán Zeta, lo cual volvió a causar afectaciones en las carpas temporales, por el momento no se está realizando ninguna reparación a pesar que el gobierno del estado anunció que sería así. Por su parte, Aurelio Espinoza, director general del Hospital General, dijo que la aseguradora aún no se ha puesto en contacto, pero serán ellos los encargados de su reparación.
Los guardias de seguridad de las carpas hospitalarias dijeron que los empresarios inversionistas aún no definen qué va a pasar con ellas, sin embargo, ya fueron contratados para vigilar que nadie se lleve lo que resta de estas, ya que han desaparecido objetos que nadie sabe dónde están.
Por Angelica Gutiérrez