Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, obispo de Cancún-Chetumal, expresó que “todos los países inteligentes se han enfocado en asegurar el empleo a los obreros, menos México”.
Aseguró que la pandemia llegó como anillo al dedo para destruir instituciones, fuentes de trabajo y a todos los empresarios para así quedar a merced del estado “socialista”, que toma las riendas “para darnos de comer para que votemos por él”.
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En este sentido, añadió que a raíz de esta pandemia muchas personas pensaron que iba a durar dos o tres meses, y que lo ahorrado les iba a durar, pero ya se les acabó o se les está terminando, y esto indica “que nos tocó aprender a tener un guardadito, hay que saberlo administrar muy bien”.
Por otra parte, destacó que para el próximo 21 de noviembre habrá una gran celebración de júbilo y de acción de gracias y de compromiso para llevar adelante la nueva Diócesis en su cincuenta aniversario.
El júbilo en esta ocasión representa los años de crecimiento que ha tenido la iglesia, ya que de cinco parroquias, hoy nos encontramos con 74, y de cinco o seis sacerdotes hay 154, porque en los próximos días se van a ordenar otros siete.
“Ha sido un crecimiento en fieles, iglesias, sacerdotes, seminaristas y religiosas y eso es lo que debe de alegrarnos, el crecimiento de la iglesia en estos 50 años. Ahora nos toca consolidar ese crecimiento y hacer que la pastoral sea más orgánica, estructurada y más especializada y en este caso nos vamos a dedicar a atender a los jóvenes y darles buena formación para que sean discípulos y misioneros”.
Durante la eucaristía de este domingo el obispo exhortó a los feligreses a que no “se les apague la lámpara”, a mantenerla siempre con aceite: “el aceite de la oración, de las buenas obras, de la misericordia para que no se apague la fe, la esperanza, el amor. Eso es lo que nos pide el señor Jesucristo hoy”.
Igualmente dijo que San Pablo en su escritura pide que no nos preocupemos. “No quiere que ustedes se angustien pensando y estén tristes por el paradero de nuestros difuntos, quiere que sepamos que ellos están llamados a gozar en el cielo, no quiere que se angustien como los que no tienen esperanza, quiere que sepan que la esperanza es el cielo, por esa razón hay que tener las lámparas encendidas para que nos abran las puertas del cielo”.
También opinó respecto al Buen Fin, y recomendó a las personas no gastar más de la cuenta ya que aún no salimos de la crisis que ha causado el coronavirus. Por otro lado dijo que los que tengan la posibilidad de gastar, que compren para que la economía se reactive.
Por María Isabel Dávila