Por Yolanda Gutiérrez
Arranca la segunda quincena de febrero con una ocupación de 88.5 puntos porcentuales en la zona hotelera y Puerto Morelos, mientras que en el primer cuadro de la ciudad los centros de hospedaje se ubican en un honroso 72.2 por ciento, con expectativas de alcanzarse en el destino, de manera general, al menos un 95% de ocupación durante la Semana Santa.
Fuentes de la Asociación de Hoteles especificaron que el sector que hoy por hoy mantiene la mejor ocupación en el destino son los centros de hospedaje all inclusive con aproximadamente un 90.5% de la demanda y expectativas de mantenerse en el mismo tenor en lo que resta de febrero y todo el mes de marzo.
Agregaron que el segmento que gusta del plan europeo ocupa el 87.7 por ciento de los cuartos en la zona hotelera, lo que implica que no hay demasiada diferencia en las preferencias de quienes optan por los hoteles todo incluido y quienes prefieren simplemente pagar por un cuarto y tener mayor libertad para realizar cualquier actividad que deseen sin atenerse a ciertos horarios, por ejemplo, para comer o cenar.
En el primer cuadro de la ciudad, propietarios y gerentes de los pequeños hoteles se muestran satisfechos con la ocupación promedio de 72 puntos porcentuales que, aseguran, se mantendrá igual para repuntar hasta la temporada alta de Semana Santa, cuando de nueva cuenta los centros de hospedaje reciban al turismo nacional carretero, que en una buena proporción arriba en autobuses charteros y en promedio se alojan entre cuatro y cinco días.
Las estadísticas que manejan los hoteles coinciden con la actividad registrada en playas, plazas comerciales y sobre el mismo bulevar Kukulcán, especialmente en el área de Punta Cancún, zona en la que se concentra una parte importante de nuestros visitantes, tanto nacionales como extranjeros, entre los que destacan los mercados canadiense, colombiano, chileno, asiático y, en menor cantidad, europeo.
En Plaza Forum, paso obligado del turismo que recorre el corazón de la zona hotelera, visitantes nacionales y extranjeros se tomaban fotografías bajo la emblemática guitarra del Hard Rock, en tanto otros eran “acosados” por animadores disfrazados como personajes de comics, empeñados en que sus “víctimas” se tomasen fotos con ellos en las posturas más extrañas, a cambio, naturalmente, de una propina más o menos generosa, de acuerdo a la disponibilidad de los turistas.