Por Yolanda Gutiérrez
De la noche a la mañana, sin previo aviso, las empresas concesionarias de transporte público eliminan rutas desde algunos puntos de la ciudad hasta la zona hotelera, sin importarles la afectación que esto pueda conllevar a los usuarios, pues ya está más que demostrado que las voraces empresas no están para servir, sino para servirse de los clientes.
Se permitió el lujo la concesionaria Turicun de eliminar la Ruta 103 Las Palmas, al considerar que, con la implementación de otras rutas que igualmente cubren desde Las Palmas a la zona hotelera, la cobertura estaba completa, sin pararse a pensar en las afectaciones para los usuarios de dicha ruta.
Y todo parece indicar que también se eliminó la Ruta 27, única que llegaba hasta Plaza de Las Américas, lo que orilla al turismo que nos visita a tener que abordar dos unidades, una para salir de la zona hotelera y otra para llegar a su destino final; la otra opción es caminar desde la glorieta del Ceviche y, aunque en realidad la distancia no es mucha hasta el centro comercial, sí afecta a las personas que tienen alguna dificultad para moverse, o a cualquiera si el trayecto se recorre a pleno sol.
Más afectados aún los trabajadores que se desempeñan en la zona hotelera y habitan en los fraccionamientos Paraíso Maya y URBI, lugares hasta los que llegaba la Ruta 27, en virtud que ahora no tienen más remedio que caminar hasta Villas Otoch Paraíso a fin de alcanzar algún camión que les lleve a sus centros laborales.
Y es que los choferes mueven las rutas de transporte público a su conveniencia, recortan trayecto cuando hay pocos pasajeros, eliminan las que no consideran redituables y, en la ciudad, inclusive implementan otras nuevas, sin que las autoridades competentes se den por enteradas, pese a lo cual solapan este tipo de irregularidades.
En la zona hotelera, los choferes tienen la obligación de llegar hasta el final del recorrido, esto es a la altura del paradero del hotel Westing Regina (salvo las unidades que tienen permiso para prestar servicio hasta el parque acuático), pero la realidad es que se mueven a su conveniencia, motivo por el que en muchas ocasiones dan media vuelta antes, especialmente a las horas en las que hay más pasaje en las colonias.
Y pese a que, sin permiso por parte del municipio, SEA procedió a renovar la flota de camiones y sacar de la circulación unidades de las tres concesionarias para sustituirlas por camiones rojos, supuestamente más funcionales para los usuarios, la realidad es que ofrecen exactamente el mismo servicio, el Internet gratis es cuento chino y los usuarios tampoco tienen certeza acerca de las cámaras y el GPS que supuestamente se instalaron en todas las unidades.