Quintana Roo

Se observan más rocas de lo ‘normal’ en Gaviota Azul

Por Yolanda Gutiérrez

De un día para otro cambia por completo la fisonomía de las playas afectadas por la erosión, fenómeno que se aprecia especialmente en Gaviota Azul, donde lo que un día apenas era una pequeña roca saliendo del agua al siguiente es una enorme roca en cuya base golpean las olas, mientras que otras piedras tienden a desaparecer bajo el agua.

Del mismo modo se suavizan los escalones de arena, que de la noche a la mañana desaparecen y forman pendientes más o menos empinadas que desembocan en el mar.

Aunque no se aprecia, al menos de momento, con tanta intensidad como en años anteriores, las playas consideradas altas por desembocar en mar abierto, concretamente Gaviota Azul, Chac-Mool, Marlín, Ballenas y Delfines presentan cerca de la orilla pequeños escalones de arena que en poco afectan a los bañistas.

El fenómeno se aprecia con todo su “esplendor” en Coral y Gaviota Azul, pero llama más la atención en el primer balneario, que según usuarios frecuentes y el mismo personal de Zofemat, nunca había sufrido los efectos de la erosión hasta que el sargazo invadió la playa Blue Flag y las personas encargadas de retirarlo no lo hicieron de modo correcto sino que metieron las máquinas en el agua para arrastrar el sargazo con todo y arena, sin cumplirse en lo absoluto las especificaciones para llevar a cabo de manera cabal el retiro de la macroalga, sin afectaciones al entorno.

Del mismo modo, en Gaviota Azul, además de las rocas habituales, es decir, que año con año por estas fechas emergen del mar, aparecen otras en lugares donde nunca habían aflorado a la superficie, lo que se achaca a que por meses, prestadores de servicios del balneario se abocaron a enterrar diariamente el sargazo que aparecía en la costa, con objeto de proporcionar una mejor imagen a los bañistas.

Los guardavidas no se muestran demasiado preocupados por el fenómeno, y confían en que la misma naturaleza terminará poniendo las cosas en su lugar una vez concluya la temporada de nortes, que es lo que sucede todos los años.

“De toda la vida se pierden arenales con la temporada de nortes, antes de Wilma apenas se notaba debido a las grandes extensiones de playa, luego del huracán se trabajó para la recuperación de la arena y desde entonces año con año se forman los escalones y aparecen las piedras, no es nada nuevo pero los hoteleros siempre están exigiendo al gobierno que haga algo, sin darse cuenta que en el fondo ellos son los responsables por levantar sus hoteles sobre las dunas costeras”, fue el comentario de uno de los elementos de Protección Civil.

Guardavidas que se encontraban en distintos balnearios públicos del destino coincidieron en manifestar que el programa de recuperación de playas que piden a gritos los empresarios hoteleros no debería aplicarse, al menos por el momento.

“Estamos ante un fenómeno natural y cíclico, sería ocioso invertir en extracción de arena cuando sabemos que dentro de unos meses las playas se recuperarán por sí mismas, además la situación es diferente ahora al panorama que nos dejó “Wilma”, entonces sí ameritó el rescate porque no nos quedó un solo grano de arena, pero ahora las circunstancias son completamente distintas”, expresó uno de los guardavidas.

Quien agregó que preocupa más que la erosión el hecho que, pese a los señalamientos que prohíben practicar la pesca en la escollera que se construyó al final de Gaviota Azul, muchos hacen caso omiso y dotados de cañas de pescar o simples líneas con anzuelos, acuden a la zona y lanzan sus implementos al agua, esperanzados de atrapar un buen pescado.

“También molesta que en ocasiones se meten embarcaciones casi en el área de los bañistas y si se habla a Capitanía de Puerto para reportar, no llegan con el argumento que no hay combustible para la lancha de Resguardo Marítimo o dicen que ahí van pero nunca se aparecen”.