Quintana Roo

Las obras de construcción en la zona de hoteles de Cancún va a seguir, a pesar de la advertencia de Fonatur de irse del destino si sigue sobre densificándose la zona turística, pues 26 de los 33 proyectos ingresados a la Semarnat en 2018 tiene la autorización ambiental y cuatro de los 16 que recibió el año pasado también fueron avalados, mientras que el resto está en espera de una respuesta.

Un estacionamiento para clientes en terrenos ganados a la laguna, restaurantes tradicionales y tipo palafito, muelles, atracaderos, hoteles, seguirán levantándose en medio de lo que resta de la fauna en la zona de hoteles, bajo la condición de preservar la especie que esté protegida por las leyes mexicanas ambientales.

Desde la saturación de hoteles y condominios que en un inicio eran para ser habitados y actualmente son para rentas vacacionales, las inversiones están enfocadas a la zona de Laguna Nichupté.

Este cuerpo de agua está bordeado por diversos tipos de mangle, todos, protegidos por las leyes ambientales, pero no ha sido impedimento para que los inversionistas obtengan los permisos a pesar de que parte las construcciones pasen sobre ellos o estén en la zona de influencia.

Los Manglares de Nichupté es un Area Natural Protegida (ANP), cuyo estatus no le ha servido para protegerse de la expansión de Cancún, poco el espacio que la separaba de las zonas pavimentadas ha ido reduciéndose con el aval de las autoridades ambientales federales, que son las que pueden negar o aprobar proyectos en esas zonas.

No es raro avanzar sobre el bulevar Kukulcán y toparse con terrenos bardeados con madera o mallas forradas de plásticos negros, a fin que las obras de construcción no generen mala imagen a los turistas, sin embargo, el temor es que con ellos también queda oculto el daño ecológico inmediato que causan.

Desde los primeros kilómetros de la Zona Hotelera la maquinaria sigue trabajando, ya sea del lado del mar o de la laguna, pues hay proyectos aprobados años atrás que están en proceso de desarrollo y a ellos se les van a sumar los que fueron avalados en el 2018 y 2019, más los que finalmente obtengan la aprobación luego de pasar la etapa de evaluación.

Por Eva Murillo