De la Redacción
Propietarios de negocios en toda la ciudad se han visto obligados a bajar cortinas de manera definitiva a causa de la extrema inseguridad que afecta al destino, donde los robos a comercios con lujo de violencia se convierten en algo cotidiano, hasta el punto que a nadie le llama ya la atención que los delincuentes hayan atracado la tienda de la esquina.
A esta situación, que las autoridades competentes parecen no tener el menor interés en frenar, se agrega el pago de exagerados impuestos, como el que pretende aplicar el Ayuntamiento por unos contenedores de basura que pretenden imponer a la fuerza, sin que ni cámaras empresariales ni pequeños comerciantes lo hayan pedido.
Y si consideramos los altos costos de la energía eléctrica, los incrementos que aplican proveedores y los cobros por derecho de piso que ya no son exclusivos de grandes negocios sino que cualquiera, por el hecho de tener un negocio que vaya bien, es víctima de estos delincuentes, no es de extrañar que cada día sean más los negocios que bajan cortinas definitivamente.
Incluso se dan casos en los que un negocio cierra, otro comerciante renta el local y abre su propio negocio, por lo general de giro distinto, para a los pocos meses también bajar cortinas.
Comerciantes de diferentes giros califican como un robo el cobro que este año aplica el Ayuntamiento en concepto de basura, al pretender establecer la obligatoriedad de rentar contenedores para depositar sus desperdicios, cuando la mayoría de ellos tienen ya un lugar adecuado donde dejar sus residuos hasta el paso del camión y, en caso de que el municipio no dé marcha atrás a la barbaridad aprobada por el Congreso del Estado, no tendrán más remedio que aplicar incrementos a sus productos, pues de lo contrario sus utilidades, de por sí raquíticas en muchos casos, disminuirían aún más.
“Es un agobio, cada principio de año el mismo sufrimiento con los dichosos trámites y ahora con lo de los contenedores que a fuerza quieren que rentemos, es algo que nos condicionan, en lo particular no necesito contenedor, tengo uno propio y no veo por qué a la fuerza el gobierno quiere ponerme otro, ya no saben por dónde sacar dinero, no tienen llenadera, da igual quien esté, PRI, PRD, Morena, son la misma porquería”, señaló doña Justina, propietaria de una bien surtida frutería.
Agregó que además hay que tramitar la anuencia de Protección Civil, dependencia que “te busca las vueltas por cualquier cosa, los inspectores ven el más pequeño detalle y ya te quieren multar, además, como tengo empleados hay que pagar el impuesto sobre nómina; aparte la luz, el agua… con trabajo alcanza, incluso tuve que pedirle a dos de mis mozos que se marcharan porque ya no me daba para pagar el salario de todos”.
Ante este panorama, no es de extrañar que prácticamente no haya una región o colonia popular donde no se encuentren locales cerrados con los consabidos avisos de venta o renta, de los cuales algunos quebraron a finales del año pasado.