Sin decir agua va, y sin el previo aviso del Ayuntamiento de Carmen, presionan a los cocteleros ubicados en Playa Norte, donde se está construyendo la ampliación del Malecón Costero, para que se refundan ocho metros más de arena, ya que estorban para los trabajos, declararon que continúa el relego por parte del espurio Oscar Rosas González, que no se ha interesado por los comerciantes.
“Nos tratan peor que animales, creímos que donde estaba la marca de cal ya solamente era quitarnos ese tramo, pero no, llegaron unos obreros a medir y clavar unas maderitas y que hasta ahí debíamos despejar, son ocho metros, así que ya nadie está a salvo, todos estamos desbaratando nuestros puestos y no sabemos qué pasará con nosotros”, declaró uno de los afectados.
POR ESTO! captó a los cocteleros de la zona desmembrando sus locales, en los cuales ya habían invertido, para recorrerse más hacia la playa, debido a que “estorban” para los trabajos, sin embargo, a la fecha no ha habido acercamiento entre la autoridad local y los afectados, que siguen esperando medidas alternativas para que no tengan que cerrar sus negocios indefinidamente.
“Unos vamos a mover cocinas, porque también les estorban, pero es su forma de presionarnos para que nos quitemos, ¿y ahora qué hacemos?, este es nuestro sustento, de esto vivimos y no se vale, tampoco nos han presentado el proyecto donde nos indiquen cómo vamos a quedar, no son formas”, argumentó.
Cabe señalar que aún hay ciudadanos que acuden a algún puesto que aún tiene su cocina y sus mesas instaladas, estacionan sus unidades donde lo permiten y caminan hasta encontrar un lugar para comer.
“Por ahora unos cuantos aún reciben gente, mientras otros ya de plano quitamos todo, pero eso es mientras, ¿y luego cómo le harán?, cuando la obra les alcance, ya tampoco podrán vender, así que todos estamos afectados por igual y arrumbados por el gobierno, estamos gastando dinero para rearmar los puestos y no nos dicen nada”, subrayó.
Asimismo, el coctelero dijo que cuando los obreros llegaron a decir que deben recorrerse ocho metro más, varios enfurecidos se iban contra ellos, pero éstos se defendieron al decir que sólo cumplen órdenes y no pueden hacer nada.
“La gente estaba enojadísima, y con justa razón, nos tratan como si no fuéramos personas, ya no tenemos para sacar nuestros alimentos, de esto vivimos y no sabemos qué pasará porque ni siquiera nos viene a dar la cara el alcalde”, concluyó.
(Texto y fotos: Dayana Alcalá)