Por Lusio Kauil
JOSÉ MARÍA MORELOS, 19 de marzo.- Desde que empezó hablarse del COVID-19 en esta ciudad y a tomarse medidas de prevención, los vendedores ambulantes comenzaron a tener bajas ventas, pero a pesar de ello coincidieron en señalar que ellos tienen que salir todos los días a la calle a vender sus productos, porque de ello dependen sus ingresos.
También reconocieron que desde anteayer se está viendo menos personas en la calle, porque tienen miedo desde que se dijo que ya hay enfermos de COVID-19 en el estado.
Don Rafael Vázquez Chiquil vende en la terminal de autobuses de paso con su esposa dona María Andrea, la pareja se mantiene en ese lugar desde las nueve de la mañana hasta las siete u ocho de la noche.
Hasta hace unos días, confió don Rafael, se vendía bien, pero desde que se empezó a hablar del coronavirus y que había que cuidarse de esa enfermedad, las ventas bajaron mucho.
Dijo que la gente de esta comunidad está saliendo muy poco y casi no hay viajeros, lo que ha generado que las ventas estén muy bajas.
Agregó que pese a la situación, él y su esposa tienen que salir a vender, pues hizo ver que lo que importa ahora es que salga para la comida.
Otro vendedor que se mantiene casi todo el día en la terminal es don José Lavadores, el cual sale a buena hora de lunes a domingo a vender sus naranjas y chicharrones frente a la terminal de paso de esta ciudad.
Esta persona dijo que ha bajado la venta desde que dijeron que la gente se tiene que cuidar por lo del coronavirus. Las personas ya no están saliendo ni están viajando a otros lugares del estado, son muy pocos los que lo hacen, observó.
Refirió que ayer desde que salió por la mañana hasta la entrada la tarde apenas había vendido 150 pesos, en otros tiempos vendía en un solo día hasta los 400 y 500 pesos.
David Alfredo, otro ciudadano de la cabecera, vende pozole en su mototaxi por toda la ciudad, esta persona confió ayer que desde que se canceló la feria bajó mucho la venta, pero a pesar de ello tiene que salir todos los días a vender su producto
Expresó que en la calle hay muy poca gente y por tanto la venta de pozole es lenta, para ello tiene que recorrer casi toda la ciudad.
En el mercado municipal se reúnen para vender sus productos varias mujeres, entre ellas doña Micaela, ella comentó que la gente que trabaja por cuenta propia tiene que salir todos los días, porque si un día no sale no hay para la comida.
Álvaro Uc Cáceres es un vendedor de granizados desde hace ya muchos años, dijo que en esta temporada de calor es cuando la venta es buena, por el calor, pero hizo ver que ahora están asustando a la gente de la calle por el coronavirus, el negocio se va a ver afectado.
Otro de los ciudadanos que se dedica a la venta de chicharrones y saborines es Eduardo Briceño, esta persona baja de Naranjal a esta ciudad todos los días a vender; para ello camina toda la zona centro pregonando su producto, este ciudadano comentó brevemente que después de que se suspendió la feria bajó mucho la venta, pues la gente que estaba aquí por la feria se fue.
Manifestó que, pese a ello, él por su necesidad tiene que salir a vender todos los días haya coronavirus o no, porque, observó que su familia tiene gastos todos los días.