Por Marialuisa Vázquez
Don Luis Alberto llegó a Cancún, en medio de la emergencia sanitaria, cargado con mil piñas de la “zona piñera” de Veracruz, y se encontró con unan serie de restricciones en la ciudad.
“Cuando llegué con el viaje de piña, aún funcionaban los tianguis, que fue un jueves de la semana pasada que llegué, y al no ponerse más los tianguis me he visto en la necesidad de ir a otros lugares para poder venderla”.
Para él, “quedarse en casa” no es una opción porque la piña se echa a perder y ello implica perder todo lo que le llevó invertir en las mil piezas, que en los últimos días ya logró vender, por lo menos, la mitad del producto, ya que reconoce que no hay buena venta precisamente por falta de empleo.
Así es como está en la venta de las piñas, que ya le quedan menos menos, tras decidir ir a las zonas de más tránsito de consumidores, como los pequeños “mercaditos” que hay en las regiones populares de Cancún.
El costo del producto es de acuerdo al tamaño: chica de 15 pesos, mediana de 20 y grande de 25 pesos, porque “es piña miel”, un producto de gran valor en el mercado, traído de la “zona piñera”, al sur de Veracruz.
Cuenta que ya venía en camino de Veracruz a Cancún cuando empezó a escuchar información de la pandemia, que en ese momento era casi irrelevante, sin embargo, al llegar a Cancún, sólo en tres días logró instalarse en los tianguis, y desde el domingo hasta ayer, se pone en algún punto de Cancún.
Comentó que se sintió entre la espada y la pared, con la campaña de “quédate en casa”, pero desesperado por la situación, y con el temor de que la piña se eche a perder, ya que sólo unos días puede estar a la intemperie, tomó la decisión de mover las piñas hacia donde se abastecen los consumidores, y a bordo de su pequeña camioneta se instaló en un centro de consumo, muy cerca de la avenida Comalcalco, donde al menos vende algo para recuperar la inversión y llevarle alimento a su familia que vive aquí en Cancún.
“Si yo no salgo a vender la piña se echa a perder, pero tampoco puedo recuperar el dinero que es la inversión para la manutención de la familia”, dice.
Don Luis Alberto Gómez Palacios es sólo el ejemplo de cientos de pequeños comerciantes que todos los días tienen que salir a las calles de Cancún para lograr sobrevivir económicamente, en medio de la emergencia sanitaria.