Por Ovidio López
ISLA MUJERES, 06 de abril.- El párroco de Isla Mujeres, Raúl Sánchez Alonso, realizó a temprana hora de este lunes una liturgia de rezo al Santo Viacrucis en un punto de la parte sur de Isla Mujeres, desde un inmueble con vistas al Mar Caribe fue transmitido en la redes sociales.
Explicó el ministro católico, que esta oración es un acto de piedad muy bello, en el cual “podemos ganar en indulgencia parcial, previos al triduo sacro, una oportunidad de contemplar la naturaleza, para elevar nuestro espíritu a Dios”.
El rezo inicia: Señor mío y Dios mío, bajo la mirada amorosa de nuestra madre nos disponernos a acompañarte por el camino del dolor, que fue el precio de nuestro rescate, queremos sufrir todo lo que tu sufriste, ofrecer nuestro pobre corazón contrito porque eres inocente y vas a morir por nosotros, que somos los únicos culpables.
Después se comienzan las estaciones de Jesús
Primera estación: Jesús es condenado a muerte. Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos. Que por tu santa cruz redimiste al mundo. Se basa este hecho con la descripción bíblica en Mateo 27,24-26, “Viendo entonces Pilato que nada conseguía, sino que el tumulto crecía cada vez más, tomó agua y se lavó las manos.
Segunda estación: Jesús es cargado con la cruz. “Que por tu santa cruz redimiste al mundo”, es el reconocimiento general. En contexto, los soldados le llevaron dentro del atrio y convocaron a toda la corte, le vistieron una púrpura, le ciñeron una corona tejida de espinas y comenzaron a saludarle: “Salve, Rey de los judíos” según Mateo 15, 16-29.
Tercera estación: Jesús cae por primera vez. “El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra, recuerda el apóstol Juan 15, 20-21.
Cuarta estación: Jesús encuentra a su madre. Lucas escribe (2, 48-49) “Cuando lo vieron en el templo, en medio de los doctores, quedaron sorprendidos y su madre le dijo: “Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira que tu padre y yo angustiados, te andábamos buscando”. Él les dijo: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?”.
Ayudado por Cireneo
Quinta estación: Jesús es ayudado por el Cireneo a llevar la cruz. “Tomaron a Jesús y lo llevaron fuera para crucificarlo. Mientras salían, encontraron a un transeúnte, un cierto Simón de Cirene, y le obligaron a tomar la cruz, detrás de Jesús”, Marcos 15, 20-21.
Sexta estación: Verónica enjuga el rostro de Jesús. “Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino… porque tuve hambre, y me disteis de comer; era forastero, y me acogisteis; Mateo 25, 34-36.
Séptima estación: Jesús cae por segunda vez. “Bienaventurados los mansos porque ellos poseerán la tierra; bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados; bienaventurados…Mateo 5, 4-5.
Octava estación: Jesús consuela a las santas mujeres. “Y les decía: El que os recibe a vosotros, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. Mateo 10, 40-42.
Novena estación: Jesús cae por tercera vez. “Y Jesús les dijo: Velad y orad para que no caigáis en tentación; el espíritu está pronto, pero la carne es flaca”. Mateo 26, 41-42.
Décima estación: Jesús es despojado de sus vestiduras. “Llegando al sitio llamado Gólgota. Qué quiere decir lugar de la calavera, Mateo 27, 33-36.
Undécima estación: Jesús es clavado en la cruz. “Tomaron, pues, a Jesús y le crucificaron, y con Él a otros dos Juan 19, 18-20.
Muere en la cruz
Duodécima estación: Jesús muere en la cruz. “Uno de los malhechores crucificados le insultaba diciendo: “¿No eres el Mesías? Sálvate, pues, a ti mismo y a nosotros”. Pero el otro le increpaba: “¿Ni tú, que estás sufriendo el mismo suplicio temes a Dios? Lucas 23, 39-43.
Decimotercera estación: Jesús es bajado de la cruz. “Y uno de los soldados atravesó con su lanza el costado, y al instante salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio y su testimonio es verdadero; él sabe que dice la verdad para que vosotros creáis, porque esto sucedió para que se cumpliese la escritura: “No romperéis ninguno de sus huesos”. Y otra que dice: “Mirarán al que traspasaron”. Después, José de Arimatea rogó a Pilato que le permitiese tomar el cuerpo de Jesús, y Pilato lo permitió. Vino, pues, y tomó su cuerpo”, Juan 19, 34-38.
Decimocuarta estación: Jesús es colocado en el sepulcro. “Le envolvieron en una sábana y lo depositaron en un monumento, cavado en la roca, donde ninguno había sido aún sepultado. Movieron la piedra sobre la entrada del monumento. Era el día de la Parasceve y estaba para comenzar el sábado. María Magdalena y María de José, miraban dónde se le ponía”, Lucas 23, 53-54; Marcos 15, 46-47.
“Que tu bendición, Señor, descienda con abundancia sobre esta familia tuya que ha conmemorado la muerte de tu Hijo con la esperanza de su santa resurrección; venga sobre ella tu perdón, concédele tu consuelo, acrecienta su fe y consolida en ella la redención eterna. Por Jesucristo nuestro Señor”, concluye.