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Quintana Roo

El comedor tendrá que esperar

Por Yolanda Gutiérrez

 

Frenados los trabajos de construcción del nuevo comedor de la Asociación Civil Huellas de Pan, en la región 99,hasta que se levanten las medidas sanitarias,María Elena Ortegón Ojeda, presidenta de la agrupación, destacó que se tenía contemplado inaugurar las instalaciones, con capacidad para 500 personas, en el mes de abril, pero a causa de la contingencia probablemente abrirá sus puertas hasta septiembre.

Dijo que la obra presenta un avance del 80 por ciento  y está financiada por la iniciativa privada, que aporta los recursos económicos para la infraestructura y mobiliario, por lo que los trabajos podrán continuar desde el primer momento en que este tipo de actividad se autorice de nueva cuenta.

Ortegón Ojeda dijo que pese a todos los inconvenientes que representa tener el comedor de la región 96 cerrado, no se ha dejado de atender a las familias de los 80 niños y 50 adultos mayores beneficiados por Huellas de Pan, “con despensas que se reparten cada 15 días y apoyo telefónico, de ser necesario”.

Expresó que pese a que se tenía contemplado inaugurar el nuevo comedor en abril, la contingencia retrasó la obra, por lo que estima que será para septiembre que se pueda inaugurar; en el “inter”, cuando se levante la indicación de distanciamiento social, regresarán al comedor de la región 96, que por su tamaño obliga a ofrecer los alimentos de forma escalonada a los beneficiados.

“Por ahora estamos trabajando de manera parcial, en el sentido que, como asociación,  tenemos el compromiso con las familias de los niños y adultos mayores de entregarles una despensa cada 15 días, mientras no podamos recibirlos el comedor”.

María Elena Ortegón detalló que el comedor comunitario de la región 99 es un proyecto tripartita entre el Gobierno estatal, que donó el terreno, la iniciativa privada y la asociación civil como sector social; en este sentido, dijo, varios representantes del sector gastronómico, que conformaron la Fundación Alsea, aportan los recursos económicos para la infraestructura y mobiliario.

Consultada sobre las donaciones que recibe Huellas de Pan y con las que puede dotar de despensas a los niños y adultos mayores del programa de alimentación, señaló que mucha gente responde positivamente, lo que achacó a que en esta etapa de la contingencia todavía hay gente que tiene posibilidades para donar y consideró que mientras más avance la contingencia se reducirá el número de personas que puedan apoyar, porque  tendrán que cuidar más sus recursos, motivo por el que teme que al paso de las semanas sea más difícil recibir las aportaciones.

“Los donativos en efectivo se aplican al 100 por ciento en la compra de despensas, pañales y leche para bebés; desde el punto de vista alimentario, que es lo que nos compete, tenemos que cuidar que las familias, sobre todo los niños y los abuelitos, tengan una buena alimentación para no empezar a padecer desnutrición, porque pierden defensas y los hace más vulnerables al COVID-19, de ahí la importancia de estar lo más fortalecidos posible, porque el virus ataca al sistema inmunológico”.

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