Por Luis Enrique Cauich
KANTUNILKÍN, LÁZARO CÁRDENAS, 14 de mayo.- A sus casi 57 años de edad, Isis Greysi Ortega Graniel, es una profesora que lleva 5 años ya jubilada, pero que aún se emociona al recordar cada día que pasó frente a sus alumnos de educación preescolar, dando lo mejor de sí misma, para encaminarlos a su preparación académica, y reconoce el esfuerzo que hoy hacen maestros y padres de familia para que la educación de los niños no se trunque a causa del coronavirus.
Recibe en su domicilio al periódico Por Esto! Quintana Roo y con una sonrisa que siempre la característica, bromea y dice “aún no me he peinado no saldré bien en la foto”, acerca una silla y se prepara para una entrevista, sobre su persona y sus vivencias como maestra de preescolar en el municipio de Lázaro cárdenas.
Al preguntarle sobre su lugar de origen, su familia y su niñez, Ortega Graniel sonríe y responde “Soy nacida aquí en Kantunilkín, el 31 de mayo de 1963, mis padres son Carlos Cristo Ortega Orosco y mi madre, Piedad Graniel estrada, tuve 5 hermanos, uno desapareció, sin dejar rastro”.
¿Cuál fue su preparación académica y como nace su interés por ser educadora?, la maestra dice no recordar el nombre de las escuelas, pero comenta que estudió en varios lugares, como en Cancún, en Kantunilkín estudio su secundaria, en Bacalar comenzó sus estudios de la norma básica y la terminó en Felipe carrillo Puerto en la primera generación de educadoras.
En la siguiente pregunta ¿cómo nació ese interés por ser maestra?, el rostro se le alegra y responde, mis padres no tuvieron nada que ver con la profesión, pero sí mi abuela doña Benigna Orosco Santana, pero desde niña me ha gustado tratar con los niños y luego de conocer a una maestra (que no recuerda el nombre), la profesión me llamó mucho la atención.
Estudié en el jardín de niños que quedaba en el centro de Kantunilkín, donde hoy está Recursos Humanos del ayuntamiento y desde ese momento la forma de tratar a los niños de la educadora me inspiró y supe que quería ser como ella y me preparé desde entonces para lograr ese sueño, externa.
¿Su primer trabajo y escuelas donde estuvo impartiendo clases? , hace una pausa y se pierde en sus recuerdos por unos instantes, la alegría se refleja en el rostro y luego de algunos segundos que para la maestra fue revivir cada momento, responde: Mi primer trabajo fue en el jardín de niños José María Morelos, estuve tres años como educadora y tres años como directora.
Luego de un problema que surgió en esta escuela por mi forma innovadora de educar, me tuve que cambiar al puerto de Chiquilá, donde laboré un año, luego trabajé cuatro años en el jardín de niños de la comunidad de El Cedral y finalmente bajé al jardín de niños Kantunilkín, donde trabajé 15 años.
¿Cómo fueron sus inicios en este último jardín de niños, ¿cuáles fueron sus experiencias? , la maestra recuerda que cuando le entregaron el jardín de niños era un terreno prácticamente era “monte”, con un aula que parecía bodega, pero con esfuerzo y dedicación, todas las tardes acudía a limpiar el terreno, retiraba hierbas, piedras y vidrios y esa labor llamó la atención de los padres, que se fueron sumando a realizar los trabajos de mantenimiento y poco a poco y con el paso de los años, se fueron logrando los objetivos de tener una escuela digna.
Mi forma de educar, para muchos era innovadora, extravagante y quizá llegaba hasta los extremos, pero por mis niños, buscaba la forma de promocionar la escuela, participaba en los desfiles, en homenajes, se celebraba el Día del Niño, se hacían campamentos, se celebraba el Día de la Madre y otras fechas importantes y eso le gustó a los padres y cada vez era mayor el apoyo.
¿Alguna anécdota, vivencia o mala experiencia que haya tenido en su carrera como educadora?, sonríe y relata, “como te decía por mis alumnos hacía todo, buscaba la forma de poder recaudar recursos para darles mejores instalaciones, una escuela más digna y considerando eso, un día se me ocurrió hacer un show en las instalaciones de la expo.
Le comenté mi idea a las madres de familia, que eran las que más acudían a las reuniones y varias me siguieron la corriente, incluso el presidente de padres de familia que se encargó de difundir la actividad y conseguir los toritos para hacer el show.
Aunque no recuerda el año exactamente, sostiene que con el corazón acelerado llegó al ruedo de Kantunilkín y se sorprendió al ver tanta gente que había respondido a este evento, pero ahí comenzó lo que fue una experiencia entre buena y mala, porque a quien se le encargaron los toritos se le ocurrió enviar unas vaquillas.
“Te juro no estaba actuando, en ese momento me moría de miedo y no quería salir a torear las vaquillas, pero las señoras me jalaban para que me metiera al ruedo y yo me resistía, pero al estar maquillada y vestida de niña, la gente creía que era parte del show, pero en verdad estaba aterrada en esos momentos”.
“Salí a torear como cuatro o cinco veces y ya no regresé al ruedo, sentí ya no poder más, mi sobrina Neidi, esa fue la que se arriesgó y salió a torear en casi toda la charlotada, también recuerdo a otro mama, una que ya falleció, esa señora por sus hijos que se decían encantados de permanecer en este jardín de niños, me acompañó en mi locura y se arriesgó a salir a torear, por suerte salió ilesa, te juro que al terminar, lloré por un largo rato, desfogué mis emociones y mi miedo y queda como una experiencia entre buena y mala, pero sin duda, no la borraría de mis recuerdos”.
¿Se cumplió el objetivo de ese día?, con los recursos que recaudamos con esa charlotada se construyó la entrada del jardín de niños Kantunilkín, en donde los padres de familia pudieran esperar a sus hijos y hoy en día se mantiene esa entrada, pero lo que más me satisface es que actualmente las maestras que ahí trabajan, continúan con ese mismo empeño, con esa misma dedicación que ella tuvo en su momento.
¿Qué es lo difícil de este trabajo? , siempre he pensado que no hay dificultades en el trabajo del maestro, cuando existe el amor y la dedicación, pero en medio de esta pandemia mi expectativa ha cambiado, el maestro tiene que trabajar y cumplir con las exigencias de las autoridades educativas, para que no se pierda el ciclo escolar actual y por ello se ha adoptado la modalidad en línea denominado Aprendiendo en Casa.
No es sencillo, el maestro tiene que elaborar un plan de trabajo y dejar tarea a los pequeños, y es aquí donde los padres tienen que intervenir y donde sale a relucir que muchos no tienen acceso a internet, no tienen televisor y también hay aquellos que no tienen teléfono.
El maestro tiene que redactar cuadernillos e imprimirlos y llevarlos hasta la casa de los alumnos que no tienen acceso a la tecnología, a fin de que no se atrasen, es un esfuerzo grande que el maestro comparte con el padre de familia, porque hay quienes no culminaron la primaria, otros que no la estudiaron y hacen su esfuerzo por apoyar a sus hijos.
En medio de esta pandemia, el ser maestro, está cambiando en muchos aspectos, se muestra el compromiso que tienen con la educación, el interés de contactar a los padres para que los niños no pierdan el año o no se atrasen con sus tareas, pero sobre todo los padres van comprendiendo el esfuerzo que el profesor ha hecho todos los días frente a su grupo conformado hasta por 30 alumnos.
La maestra aprovechó para enviar un mensaje a los maestros del municipio, a quienes les reconoció esa entrega y dedicación en esta nueva etapa de la educación, en el que se muestra que ante situaciones que están fuera de nuestras manos, hay que adaptarse, pero dijo que no está bien dejarle mucha tarea a los alumnos, solo por cumplir con las metas programadas por las autoridades, hay que considerar que el encierro en casa, sumado a tareas interminables, puede causar efectos negativos en la salud de los niños.
Felicitó a los maestros que han entendido esta situación y le han pedido a los alumnos a no estresarse con sus tareas a que las hagan hasta donde puedan y llegue su entendimiento y comprensión y tomarse una pausa, para luego continuar.
También reconoció el esfuerzo que hacen los padres de familia por ayudar a sus hijos con las tareas y señaló que la educación de los niños y jóvenes es un trabajo conjunto y que esta pandemia no puede vencerlos, aprovechando la ocasión para felicitar a cada uno de los profesores de educación básica, media y superior, en este Día del Maestro.