Vendedores ambulantes sufren la peor crisis de la historia, muchos de ellos son originarios de los estados de Tabasco, Chiapas y Yucatán, llegan a la isla en busca de economía, pero la desgracia ha caído no sólo en la isla sino en todo el país debido a la pandemia que actualmente padece casi todo el mundo, situación grave para muchos al tener que sobrevivir a la peor tragedia económica que no habían vivido en muchos años.
Decenas de comerciantes siguen hasta el momento trabajando, pues la necesidad de comer es más grande, como es el caso de los vendedores de agua de sabor en las calles del Centro de la ciudad, a pesar del llamado de las autoridades quienes recomendaron a la población no salir de sus casas, como medida preventiva ante el COVID-19, así lo manifiestan estos comerciantes.
Hasta el momento estos vendedores hacen caso omiso, declaran que no pueden permanecer en cuarentena ya que de su venta diaria depende su familia;“hay que llevar a la casa dinero para comer, qué más quisiéramos estar en nuestras casas pero tenemos mucha necesidad, nos levantamos desde temprano para poder llevar el sustento a mi familia pero las ventas no son buenas, están pésimas en estos días, no hay clientes, no vendemos casi nada”.
Viven al día
“Nosotros los vendedores ambulantes no podemos dejar de trabajar porque vamos al día. Con el virus, ahora hay que tener más higiene, pero hay que seguir trabajando, no nos queda de otra”, así expresó Mario González, vendedor ambulante de agua quien tiene que salir a trabajar ya que es el pilar de su familia.
“Escucho las recomendaciones de las autoridades, que debemos acatar las indicaciones sanitarias, pero el miedo de no tener dinero para el sustento familiar es más que el miedo de contraer la enfermedad, porque el miedo no nos deja nada bueno, no queda de otra que enfrentar la vida a pesar de lo difícil que es; sabemos del peligro al ser contagiados del virus pero si nos quedamos sin hacer nada, igual nos morimos de hambre, sólo nos queda encomendarnos a Dios, sólo eso podemos hacer”, finalizó Mario González.
(Texto y foto: Patricia Gómez)