Los colapsos, socavones y hundimientos del suelo en Quintana Roo son un proceso natural que se va a seguir presentando y que puede ser acelerado con la construcción del Tren Maya, si no se toman las previsiones, advirtieron, investigadores.
El biólogo Gonzalo Merediz Alonso, director de la investigación sobre ríos subterráneos en la Península de Yucatán, de la asociación civil, Amigos de Sian Ka’an y Jerónimo Avilés Olguín, espeleólogo que descubrió los restos humanos más antiguos en cavernas subacuáticas del estado, coincidieron en la fragilidad del suelo a lo largo de la costa del Estado ante proyectos como el Tren Maya y los riesgos que implica.
Recomendaron que antes de construir el tren, se realicen estudios para determinar los lugares donde hay cavernas e identificar el potencial riesgo que se corre, y en su caso preverlo.
Merediz Alonso indicó que particularmente, el suelo de Quintana Roo es muy frágil, por la alta densidad de cuevas y formaciones subterráneas, que lo hacen susceptible a hundimientos y socavones.
“Esta situación obliga a que cualquier obra de infraestructura, edificios, puentes, carreteras o un tren, se deba realizar con estudios muy detallados de las condiciones del subsuelo, el ancho de la carpeta cárstica o techos de las cavernas”, puntualizó.
“Primero se debe detectar si hay cuevas o cavernas, después qué tan gruesa es la capa de suelo sobre de ellas y en función de eso los ingenieros, con base a las normas de construcción, determinen una solución; aunque cualquier obra va generar un impacto”.
Sobre la extensión de los sistemas de cavernas en el subsuelo del estado, reveló que es muy grande a lo largo de toda la Riviera Maya; hasta el momento, el estudio más intensivo ha sido en la zona de Tulum, comentó.
Por su parte, el espeleólogo Jerónimo Avilés consideró que las autoridades a cargo del proyecto del Tren Maya están a tiempo de tomar en cuenta este factor de fragilidad y evitar algún desastre.
Precisó que de los tres sistemas de cavernas en el subsuelo que se han explorado en la zona de Tulum, dos suman una extensión de más de 500 kilómetros, de los que gran parte pasa debajo de la carretera federal.
Explicó que la fragilidad del suelo es en dos vertientes: geológica, que se refiere a las características de la roca sobre las cavernas que pueden ser muy delgadas y desplomarse con sobrepeso.
La fragilidad por la riqueza de los ecosistemas que alberga y los vestigios de fósiles de más de 10 mil años que guarda y que con la intromisión antropogénica o colapso natural de sus techos resultan dañados.
Consideró que si se construye el tren se necesitarían estudios muy cuidadosos sobre la riqueza geológica y de vestigios.
Con información de Lino SarmientoPor Redacción Digital Por Esto!EH