Empresarios de centros de acondicionamiento físico reportan grandes pérdidas económicas
* Los afectados están dispuestos a operar con todas las medidas de higiene y prevención con tal de que les permitan abrir
* En Chetumal existen más de 75 establecimientos de este giro que daban empleo a unas 500 personas
Por Gabriel E. Manzanilla
CHETUMAL, 1 de junio.- Personas instructoras y dueñas de gimnasios, de centros de crossfit, escuelas de danza y de artes marciales en Chetumal pidieron ser tomadas en cuenta para entrar a la llamada “nueva normalidad”, tras reportar grandes pérdidas económicas y la afectación de más de 500 fuentes de empleo.
Los empresarios afectados están dispuestos a operar con todas las medidas de higiene y prevención marcadas por las autoridades de salud, incluyendo el trabajar con un número mínimo de personas en lapsos de una hora, desinfectar todos los espacios y aparatos antes y después de utilizarse, colocar tapetes sanitizantes y checar la temperatura de cada persona antes de ingresar, e incluso están dispuestos a obtener la certificación sanitaria que garantiza que son espacios seguros y libres de coronavirus COVID-19.
Por el tipo de giro que manejan no se les permitirá abrir de manera inmediata en esta “nueva normalidad”, pero pidieron flexibilidad a las autoridades para que, de manera gradual y ordenada, puedan integrarse a la reactivación económica y de los sectores productivos que inició este 1 de junio.
Tan sólo en Chetumal existen más de 75 establecimientos que promueven la salud y el acondicionamiento físico, entre los que se encuentran gimnasios, centros de crossfit, escuelas de baile y de artes marciales, entre otros establecimientos afines que daban empleo a más de 500 personas.
Por la emergencia sanitaria del coronavirus COVID-19 estos negocios tuvieron que cerrar de manera total desde principios de abril pasado, perdiéndose todas esas fuentes de empleo y dejando en números rojos a los propietarios, por lo que más de uno se encuentra en riesgo de irse a la quiebra y ya está considerando vender o rentar su establecimiento.
De hecho, algunos gimnasios de reciente apertura ya se declararon en quiebra y fueron puestos a la venta, pues los dueños hicieron una gran inversión y se endeudaron antes de la crisis, por lo que se quedaron sin capital y no han tenido entrada de ingresos para poder pagar rentas, salarios, servicios básicos y otros gastos del negocio.
Consideraron como injusto y contradictorio que, mientras ellos siguen sin trabajar y con sus negocios cerrados por dos largos meses, la gente sigue saliendo a la calle sin tener necesidad y exponiendo su salud de manera irresponsable, aglomérandose en otros lugares públicos sin que exista el más mínimo control, lo que ha traído como consecuencia el crecimiento exponencial de los casos positivos y decesos por COVID-19, dejando a Quintana Roo en nivel de alerta máxima por esta pandemia.
“Es más fácil que uno se contagie en la fila para comprar cerveza, amontonado en el supermercado, en el banco, saliendo al parque o en cualquier otro lugar público donde a diario se forman aglomeracones de personas; en lugar de un gimnasio donde el acceso es controlado y limitado, además que quienes asisten se cuidan y toman sus debidas precauciones”, expresaron los dueños e instructores.
Mencionaron también que en el norte del estado se volverán a abrir las puertas para el turismo, lo que implicará la llegada de miles de viajeros y se requerirá de un gran control para evitar la propagación del COVID-19; mientras que en un gimnasio asistirían un mínimo de personas por lapsos controlados de tiempo, de manera que es más fácil checarlos y mantener debidamente desinfectadas todas las áreas y aparatos.
Incluso, dijeron que existen estudios que demuestran que una persona que hace ejercicio, que se mantiene activa y saludable, tiene menos riesgo de que sea grave en caso de enfermarse de COVID-19.
“La actividad física diaria es muy importante y reduce los riesgos en caso de enfermarse de COVID-19, la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Comisión para la Juventud y el Deporte de Quintana Roo (Cojudeq) recomiendan ejercitarse y mantenerse saludables”, externaron los entrevistados.
“Los gimnasios no somos parte del problema, sino más bien, somos parte de la solución. Es menester hacer mención que el ejercicio, aunado con una buena alimentación, ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, luchar contra la obesidad, hipertensión, diabetes, entre otros males o enfermedades que provocan un riesgo mayor en la población; lo que en oposición conlleva a que, en la medida de que la población se ejercite y alimente adecuadamente, disminuye el riesgo ante el virus SARS-CoV2 COVID-19”, añadieron.
El uso de tapete sanitizante, gel antibacterial, termómetro digital, limitar el tiempo de entrenamiento a un máximo de una hora con 30 minutos por grupo, uso obligatorio de toalla facial y para aparato, instructores con protección de caretas y cubrebocas, desinfectar debidamente las áreas de uso común y los aparatos al terminar de usarse, conformar grupos de entrenamiento que serán acordes al tamaño del establecimiento, respetar la sana distancia y permitir sólo una persona por aparato, dar seguimiento del estado de salud y establecer el formulario diario para verificar la sintomatología de los que asisten, son algunas de las medidas que están dispuestos a implementar los propietarios de estos negocios, así como todas aquellas que les dicten las autoridades sanitarias.
Este sector ya ha tocado puertas de diferentes instancias, han acudido con autoridades municipales, de la Secretaría de Salud (Sesa), Cofepris, entre otras, esperando ser tomados en cuenta dentro de la llamada “nueva normalidad” de Quintana Roo.