Familiares de una persona que falleció hace unos días interpusieron su denuncia ante la Fiscalía General del Estado (FGE), del estado en la Zona Norte, contra la Funeraria “Dulces Recuerdos”, presuntamente por cortarle las piernas a su familiar para que entrara en el ataúd.
Familiares del hoy occiso denunciaron en la citada fiscalía que el representante de la funeraria “Dulces Recuerdos” de nombre Miguel “N” les cobró 12 mil 500 pesos por el servicio funerario de su familiar, quien murió el miércoles en el interior del Hospital General Jesús Kúmate Rodríguez.
Sin embargo, comentaron que al llegar el cuerpo de su consanguíneo a su casa para ser velado, al abrir el ataúd para ponerle unas flores vieron con horror que sus piernas habían sido mutiladas; además de que no había sido embalsamado y despedía olores fétidos.
Ante ello, se comunicaron con la persona citada, pero nunca les contestó, por lo que tuvieron que contratar a otra empresa funeraria que les realizara el servicio de manera profesional, por lo que desembolsaron una gran cantidad de dinero de nueva cuenta.
Después de realizar la velación y el entierro de su ser querido, familiares del hoy difunto se trasladaron a las instalaciones de la FGE de la Zona Norte e interpusieron su demanda contra la citada agencia funeraria.
Denuncia en la que agregaron también el delito de fraude, ya que el supuesto representante de la agencia de nombre Miguel “N”, también los defraudó con 2 mil 500 pesos para comprarse un traje especial para protegerse del COVID-19, ya que les puso de pretexto que en el Hospital General hay un riesgo muy alto de contagiarse de coronavirus y tenía que comprarse un traje anti COVID- 19 para ingresar al lugar por el cuerpo de su familiar.
Cabe destacar, que la citada agencia funeraria ya fue clausurada por Comisión Federal Contra Riegos Sanitarios en julio pasado, porque ofrecía embalsamamientos y cremación de cuerpos en un espacio reducido, dentro de un departamento en la Supermanzana 30 sobre la avenida Cobá.
Sin embargo, pese a la clausura los propietarios siguieron trabajando de manera clandestina ofreciendo sus servicios en una casa de la calle 107, entre la avenida Leona Vicario y Talleres.
Por La Redacción