La pandemia del COVID-19“embistió” a las fiestas y tradiciones taurinas en Quintana Roo, luego de que en el presente año se cancelaron 221 eventos de esta índole en nueve municipios, con lo que se perdieron más de 14 mil empleos directos y se afectaron más de seis mil indirectos, informó Jorge Ávila, representante estatal de la plataforma nacional Tauromaquia Mexicana.
Con la cancelación de estos eventos se han perdido más de 10 millones de pesos en el estado, siendo la Zona Maya la más afectada, ya que sus comunidades y pueblos indígenas tienen muy arraigadas las tradiciones y costumbres taurinas, haciendo más de un centenar de estos eventos anualmente, indicó el también empresario taurino de la Plaza de Toros Cancún.
Tan sólo en Felipe Carrillo Puerto ya no se realizarán 158 eventos taurinos programados en más de 20 comunidades, que se llevarían a cabo entre abril y septiembre del año en curso.
Jorge Ávila dijo que algunos de los festejos más grandes y reconocidos son la Feria de San Joaquín, en el municipio Bacalar, donde se cancelaron tres eventos taurinos; la feria de la Santa Cruz en El Cedral, municipio Cozumel, donde se cancelaron seis festejos; así como la celebración de la Santa Cruz en la comunidad Chanká Veracruz, municipio Felipe Carrillo Puerto, que realizan los dignatarios mayas con 15 festejos taurinos, siendo tradición de esa región el conocido Baxal Toro.
Tampoco se pudieron realizar los festejos de las Tres Cruces y de la Virgen María en la comunidad Tixcacal Guardia de Felipe Carrillo Puerto, donde los dignatarios mayas realizan alrededor de una veintena de eventos taurinos; así como la feria de la Santa Cruz en el poblado Chumpón, del mismo municipio, donde los dignatarios mayas realizan al menos una decena de estos festejos.
Se cancelaron fiestas patronales, ferias comerciales, exposiciones ganaderas, corridas o rodeos, cabalgatas, la tradición maya del Baxal Toro, vaquerías, entre otros eventos que involucran a estas especies.
Además de las afectaciones económicas, el empresario taurino dijo que se perdieron más de 14 mil empleos directos, entre éstos de toreros, banderilleros, acomodadores, taquilleros, palqueros, organizadores de ferias, vendedores de bebidas y alimentos, de dulces típicos regionales, de recuerdos y artesanías; fotógrafos, carniceros, entre muchos otros.
Dijo que también se perdieron o resultaron afectados más de 6 mil empleos indirectos, como son aquellos que venden el alimento para el ganado, los transportistas que llevan a la gente a los eventos y también los que movilizan a los animales, los veterinarios que los cuidan y revisan, los que limpian los establos, entre otros.
“También se ha perdido una importante recaudación municipal, ya que los ayuntamientos son los que se encargan de cobrar, tramitar y autorizar los permisos, así como ver todo lo relativo a la realización de estos eventos”, comentó Jorge Ávila.
Sostuvo que decenas de sectores han sido los afectados, pero en mayor medida están las comunidades de la Zona Maya de Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos, ya que por ser parte de sus tradiciones y costumbres se han convertido en una forma de vida y también de subsistencia.
Ley Animal
Por otro lado, dijo que está pendiente la revisión y modificación de la Ley de Protección y Bienestar Animal, que fue herencia de la pasada XV Legislatura, pero que generó un fuerte rechazo de miles de personas y de decenas de comunidades mayas, porque con ella se pretendió prohibir las actividades taurinas, peleas de gallos y uso de calesas turísticas en Quintana Roo, lo cual no sólo impacta las tradiciones y costumbres de los pueblos indígenas mayas, sino que además atenta contra miles de empleos y el sustento de comunidades enteras que viven de ello.
Jorge Ávila señaló que fue una ley hecha “al vapor” que no es acorde a la realidad del estado y que se impuso sin consultar a los sectores afectados, sin tomar en cuenta la opinión de los pueblos mayas y mucho menos sin realizar el debido estudio de impacto socioeconómico, “es una ley tan mal hecha que ni siquiera contempla sanciones, además de que varios municipios decidieron no aplicarla porque no los obliga y en lugar de ello declararon las fiestas taurinas como patrimonio de sus pueblos”, indicó.
Existe el compromiso de la actual XVI Legislatura de revisarla y reformarla, incluso la han plasmado como parte de la Agenda Legislativa 2019-2022, para lo cual se tomará en cuenta la opinión ciudadana a través de consultas públicas, que fue algo que no se hizo en la pasada legislatura cuando la normativa se aprobó.
En ese sentido, el empresario taurino dijo que la pandemia del COVID-19 ha retrasado estos trabajos, pero esperan que puedan retomarse a la brevedad posible, aprovechando que en septiembre próximo iniciará el segundo año de labores legislativas y un nuevo periodo ordinario de sesiones.
Finalmente, Jorge Ávila recordó que apenas en julio pasado, el diputado José Luis “Chanito” Toledo volvió a sacar el tema de la Ley de Protección y Bienestar Animal, reiterando el compromiso de revisarla, tras señalar que es inservible porque carece de sanciones y, por lo tanto, planteará que sea abrogada o reformada de raíz en el segundo año de sesiones de la XVI Legislatura.
Por Gabriel E. Manzanilla