La necesidad de contar con una vivienda en la orilla de la sabana de Chetumal, aunque sea rústica, es mucho más prioritaria que sus temores a los lagartos y fétidos olores que emiten las aguas estancadas y contaminadas.
La señora Glenda Jacobo es una de más de 10 familias que viven en los terrenos que le fueron ganados a la sabana de Chetumal, sin embargo, algunos sólo utilizan las endebles viviendas para descansar.
Su hogar se encuentra en una zona crítica, por lo que corren el riesgo de inundarse durante la temporada de lluvias, pero en este año las precipitaciones han sido escasas.
La señora se dedica a las labores domésticas y bajo unas palmeras construyó un pequeño tinglado en donde a diario cocina para su hijo, aseguró que siempre está al pendiente de su pequeño, porque en la sabana durante la temporada de lluvias se aparecen los lagartos.
Aunque afirmó que no les tiene miedo porque solamente se aparecen por las noches, y los mira de lejos. Sin embargo, siempre tiene encendido una fogata, algo así como una barrera de protección.
Destacó que los fétidos olores que salen de la sabana se deben a que hace algunos años construyeron un pequeño puente para unir a las colonias Nuevo Progreso con Mártires Antorchistas, por lo que el agua no circula, aparte de que creció una planta acuática que se conoce como “lechuguilla”.
Se nota claramente que el puente de concreto dividió en dos partes la laguna de la sabana de Chetumal, por un lado se puede apreciar aguas turbias que vienen de la planta de tratamiento de aguas residuales, y por el lado de la colonia Los Monos se tienen aguas claras y con una menor contaminación.
De acuerdo con los datos recabados, la visible contaminación de la laguna en la sabana de Chetumal se debe a que por la parte norte de la ciudad se encuentra la planta de aguas residuales de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA), a dos kilómetros más el tiradero a cielo abierto, los cuales vierten las aguas contaminadas diariamente o cuando llueve.
Las viviendas que se encuentran en las orillas de la sabana y no cuentan con el servicio de agua potable, ni de energía eléctrica, pero aun así se arriesgan a habitarlas, porque no tienen una vivienda segura en alguna colonia de Chetumal, pero sobre todo porque el gobierno del estado desde hace años no entrega terrenos en breña a las familias necesitadas.
Con información Luis Enrique Tuz