En Cancún parte de la economía familiar y de las ganancias de los comerciantes son destinadas a hacer más seguras las viviendas o locales, sobre todo en las zonas de la ciudad en las que los niveles delictivos las ubican como los polígonos de riesgo. Este gasto, que incluso ya está programado como uno de los prioritarios al decidir vivir en fraccionamientos habitacionales como Villas Otoch, Paraíso Maya, Corales y Hacienda Real del Caribe, va de los 10 hasta los 50 mil pesos, dependiendo del tipo de sistema: enrejado o cámaras de vigilancia.
La vida familiar detrás de las rejas de ventanas y puertas no es privativa de algunas zonas de la ciudad, también ocurre en los fraccionamientos de alta plusvalía, pues es la única forma que los cancunenses tienen para sentirse seguros aun dentro de sus propios hogares.
Los propietarios de negocios y casas particulares en las unidades habitacionales de Villas Otoch Paraíso y Paraíso Maya, invierten entre 5 mil y 30 mil pesos en medidas de seguridad como cámaras de circuito cerrado y protecciones metálicas, lo cual no es una opción sino más bien un método de sobrevivencia, debido al incremento de robos en la zona y la falta de vigilancia de la Secretaría de Seguridad Pública, refirieron habitantes de dichos fraccionamientos.
Incluso reconocieron que les gustaría implementar más sistemas de seguridad, pero la crisis económica por el COVID-19 los ha limitado y sólo tienen lo básico.
De acuerdo con el semáforo delictivo de Benito Juárez, en lo que va del año se han registrado 471 robos a casa-habitación. El mes con más casos fue marzo, con 98 reportados. Los robos a negocios fueron dos mil 292; el mes más alto fue enero, que cerró con 460 atracos.
Según lo reportado en las redes sociales del titular de Seguridad en Quintana Roo, Alberto Capella Ibarra, la Región 247 (Villas Otoch Paraíso) y la Región 107 (Paraíso Maya) han sido identificadas como focos rojos de delincuencia y casos de robo.
Villas Otoch Paraíso
Ante este panorama, habitantes de la unidad habitacional de Villas Otoch Paraíso manifestaron que no tienen opción y han invertido en protecciones de herrería para las ventanas, puertas y hasta patios traseros de sus casas, y quien tiene más posibilidades económicas ha instalado sistemas de vigilancia para identificar a los posibles ladrones y hacer el reporte correspondiente a las autoridades.
De acuerdo con vecinos de la primera etapa de dicha región, han pagado hasta 30 mil pesos para instalar cámaras de seguridad, poner rejas y levantar bardas para evitar que los delincuentes se metan en las casas y negocios.
Omar Severo, comerciante de la zona, explicó que desde hace un año que abrió su negocio de abarrotes decidió instalar un enrejado en el mostrador para la seguridad de sus empleados que se mantienen en la caja registradora, así como la instalación de un circuito cerrado de cámaras para detectar a los delincuentes.
“Invertí 10 mil pesos en las cámaras y protectores metálicos para la seguridad de mi negocio, ya que me robaron una vez, y se hizo así para proteger al personal. También les pido a las empleadas que no tengan mucho dinero exhibido y que se vaya guardando, sólo dejar lo que se invierte diariamente con los proveedores”, indicó.
Paraíso Maya
Por otro lado, un habitante del fraccionamiento Paraíso Maya dijo que ya se han metido dos veces a su casa y se han llevado varios aparatos electrónicos, por lo que instaló una reja en la entrada que lo hace sentir más seguro, en la cual invirtió 15 mil pesos.
“He querido implementar otros sistemas de vigilancia, pero con esta crisis por la pandemia es muy difícil. Hay otras prioridades, como comer diariamente. Que el gobierno se ponga a trabajar, porque no se ve que haga nada”, se lamentó.
Asimismo, Daniel Pérez, administrador de una ferretería en el mismo fraccionamiento, contó que abrió su negocio en el mes de enero y lo primero que hizo fue invertir en una reja delantera que protege el local comercial, ya que ha sabe que está en una zona con altos índices de asaltos.
“Pagué entre cinco mil y siete mil pesos, sólo en la pura reja, pero seguir invirtiendo esas cantidades en seguridad en estas fechas realmente es un peso, yo lo hice porque razoné que en algún momento podían robarme, por eso decidí poner la protección”, explicó.
Buscan proteger su patrimonio
Vecinos y comerciantes de los fraccionamientos Hacienda Real del Caribe y Corales de las regiones 200 y 77 respectivamente, invierten entre seis mil y 25 mil pesos en rejas de protección y cámaras de vigilancia ante el aumento de robos y asaltos a mano armada que se vive en esas zonas.
Las familias de ambas unidades habitacionales buscan la manera de proteger su patrimonio con rejas metálicas y otros materiales, y cámaras de vigilancia de circuito cerrado ante los altos índices de delincuencia.
Corales
Enrique Velázquez Díaz, habitante del fraccionamiento Corales, manifestó que ha tenido problemas con la delincuencia, puesto que hace unas semanas entraron a robarle en su negocio.
“Se llevaron como unos 15 mil pesos en cosas”.
Ante esa situación decidió reforzar con doble protección el local y aunque no se sienten tan seguros, cuando menos pueden estar tranquilos porque –señaló- recientemente han estado robando en los comercios de la zona.
Doña Patricia Peraza Ku, al escuchar a su vecino, añadió que las familias y dueños de negocios ya están hartos de tanta inseguridad, al grado de que hace una semana, enardecidos, intentaron linchar a un delincuente que pretendía robar en un establecimiento.
“Está fuerte la delincuencia por acá. La mayoría de las tiendas cuentan con rejas, no las hay como las de antes cuando te podías meter para elegir tu mercancía. Esta reja nos costó como 15 mil pesos, además de las cámaras que se colocaron tiempo atrás. Sí fue una buena inversión”, aseguró.
En medio de la pandemia han tenido que invertir los pocos recursos que han logrado reunir durante este tiempo en el que las ventas siguen por los suelos.
Haciendas Real del Caribe
Por otra parte, Irving Martínez López, empleado de una de las tiendas de abarrotes de Haciendas Real del Caribe, aseguró que su región es considerada como un barrio de mala fama y aunque parezca relativamente tranquilo, sale por las noches de su centro de trabajo con el “Jesús en la boca” por el temor de ser víctima de la delincuencia.
Ante el miedo que prevalece en la zona por los asaltos, la tienda donde trabaja se encuentra blindada con rejas metálicas, inclusive el área de cajas cuenta con protección y cámaras de vigilancia.
“Hace tiempo que se colocaron las rejas, las cámaras por lo mismo de la inseguridad, tenemos miedo a los asaltos. La inversión vale la pena, más que nada por nuestra seguridad”, dijo.
José Guadalupe Martínez, herrero de la zona, explicó que una protección como la que se ocupa para proteger las casas tiene un costo de alrededor de seis mil pesos la más económica pero más que nada el precio depende del tipo de material.
Monserrat Martínez, otra de las vecinas de la región, manifestó que como familia ha tenido la necesidad de invertir en la protección de la casa ante la inseguridad que está a la orden del día.
“Es mejor estar prevenido con la protección porque nunca sabes cuándo te toca, por acá se dan mucho los robos y asaltos. Y ante ello preferimos invertir nuestros ahorros en la protección, gastamos unos seis mil a 10 mil pesos para sentirnos más seguros y tranquilos”, expresó.
Doña Karina Ordaz, a pesar de que colocó rejas de protección al frente y en los alrededores de su domicilio, tuvo que invertir en cámaras para proteger su patrimonio, ya que la delincuencia no descansa.
“Los delincuentes andan sueltos y yo estoy encerrada, segura no me siento, me han robado en tres ocasiones, primero fue la camioneta, luego me vaciaron la casa, por eso metí cámaras”, externó.
Karina aseguró que su familia tuvo que invertir más de 10 mil pesos en la protección de rejas y más de nueve mil pesos en el equipo de cámaras.
“Para sentirnos algo seguros tuvimos que invertir poco más de 25 mil pesos”, agregó.
Consideró que las autoridades municipales se han visto rebasadas por la delincuencia, por lo que las familias toman sus previsiones, “te roban tu tranquilidad, ahora ni siquiera se puede salir a la calle”.
Para Francisco Ordoñez, de unos años para acá la situación ha cambiado en la unidad habitacional, los índices parecen ir a la baja.
Varias familias del fraccionamiento han colocado cámaras a la entrada de sus domicilios ante la creciente delincuencia. Además el comité vecinal colocó lonas de “Vecinos vigilantes” con advertencias para los delincuentes.
Por Martín Chi y Diego Ramos