Una perrita de nombre Laila fue rescatada por vecinos y canalizada a la Sociedad Humanitaria de Cozumel. El animal, que fue hallado abandonado y atado en un domicilio particular, tenía profundas heridas en el cuello y serias complicaciones de salud.
El llanto incesante de la perra, que se quejaba de hambre y frío, alertó a los vecinos, quienes llamaron al personal de la Sociedad Humanitaria para que se hicieran cargo de ella, pues ya llevaba varios días amarrada con una cuerda, lo que le causó serias lesiones en el cuello; además, no tenía ni agua ni comida.
Los veterinarios revisaron y valoraron a la canina y le practicaron varios estudios, como un hemograma que arrojó como resultado plaquetas bajas, además de anemia y trombocitopenia lo cual sugiere que sufre de infección por anaplasma y/o ehrlichia (transmitida por pulgas y garrapatas).
Los vecinos exigieron un castigo ejemplar para el hombre que dejó abandonada al animal. Afirman que se fue sin importarle las condiciones en que dejó a su mascota, a la que presuntamente había tomado en adopción.
El Artículo 5 de la Ley de Protección y Bienestar Animal dice que es obligación de las personas físicas y morales proteger a los animales brindándoles atención, asistencia, auxilio y buen trato; deben velar por su desarrollo natural, salud y evitarles maltrato, crueldad y sufrimiento.
Hasta ahora los testigos del rescate aseguran que el dueño del can aún no ha regresado a Cozumel y su antigua vivienda se encuentra solitaria; pero indicaron que estarán pendientes de su vuelta, pues “ nada justifica haber dejado abandonado al animal, sobre todo amarrado las 24 horas”.
“Son seres vivos que sienten y sufren y hasta donde sabemos debe haber un castigo ejemplar para estas personas que maltratan a sus mascotas porque la misma Ley de Protección Animal así lo indica, para que quede como ejemplo de que existen leyes que protegen a los animales indefensos” mencionaron.
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jcl