Quintana Roo

'Chabelo' vende pepitas tras quedar postrado en una silla de ruedas en Cozumel; era pescador

El ahora expescador Juan Pablo Ix, a quien conocen como 'Chabelo', contó a Por Esto! cómo es que quedó en silla de ruedas y siu lucha diaria para conseguir dinero para comer, pues sus hijos no se ocupan de él
Don 'Chabelo' contó que pasó ceca de cinco horas en la cámara hiperbárica luego de sufrir una descompresión en Cozumel / Arturo Mezo

Hace cuatro años sufrió una descomprensión en aguas profundas al estar capturando langosta y desde entonces perdió la movilidad de la pierna derecha, que lo dejó postrado en una silla de ruedas; actualmente vende pepitas y cacahuates para sobrevivir.

Juan Pablo Ix Cetz, mejor conocido como “Chabelo”, es originario de Ticul, Yucatán, pero desde muy pequeño, a la edad de cinco años, sus padres lo trajeron a vivir a Cozumel, donde con el pasar del tiempo aprendió albañilería, un oficio que desempeñó por varios años.

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Sin embargo, tiempo después se dedicó a la pesca y al buceo. Tenía 55 años de edad cuando sufrió una descomprensión al arriesgarse a bajar a 160 pies de profundidad en la costa Norte de la isla, justo frente al Castillo Real.

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Narra que al salir del agua pasaron 15 minutos cuando comenzó a sentir un fuerte dolor en la espalda, pero sus compañeros le pidieron que aguantara ya que les estaba yendo bien con la pesca de fondo, hasta que lo vieron desvanecerse en la lancha.

“Chabelo” tuvo que ser ingresado a la Cámara Hiperbárica por más de cinco horas para que le salvaran la vida y tuvo la fortuna de que estaban unos doctores extranjeros en la isla, quienes se percataron que tenía reventado el pulmón derecho.

A consecuencia de este lamentable accidente, Juan Pablo perdió la movilidad de sus piernas, principalmente la del lado derecho y a punto estuvo de quedar sin movimiento su brazo derecho, pero pudo recuperarlo.

En medio de su dolor y frustración, al año perdió a su esposa, su compañera de vida y desde entonces quedó solo, pues aunque tiene tres hijos, ninguno se ha ocupado ni preocupado por su salud, ni de la situación en la que vive.

Tiene que vender pepitas y cacahuates a las afueras de un supermercado de la 30 Avenida, entre las calles 6 y 8 Norte, para subsistir. Como en todo, hay días buenos y días malos.

Menciona que hay ocasiones en que se queda sin comer al no haber ingresos y mata el hambre con uno o dos panes cuando recibe algunas monedas, además de que carece de estufa para preparar sus alimentos, pues sólo tiene un tanque de gas y paga una renta de 500 pesos al mes.

Le resulta complicado ir hasta el DIF a solicitar ayuda, pues carece de transporte, mientras que un vecino es quien lo ayuda a trasladarse hasta la tienda donde ofrece su producto todos los días.

Las cuatro paredes del cuartucho donde vive, en la colonia 10 de Abril, son testigos de las carencias y necesidades de este hombre. Dice que si hubiera gente que pudiera ayudarlo con alguna despensa sería de mucha ayuda o simplemente comprándole las pepitas y cacahuates que ofrece.

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CG