En esta parte quedó un cuerpo: Empleado narra el momento de la balacera en Puerto Morelos

Eran las 2:00 de la tarde con 21 minutos, cuando las cámaras de vigilancia del domo de masajes del hotel Hyatt Ziva Riviera de Puerto Morelos detectó a un grupo de sicarios de la delincuencia organizada que se paseaba fuertemente armado, con rifles de asalto, vestidos de negro y usando gorras del mismo color; luego abrieron fuego en contra dos jóvenes, presuntos narcomenudistas.

Algunos turistas creyeron que se trataba de algún espectáculo, ya que caminaban con calma, hasta que escucharon las ráfagas de las balas y tuvieron que echarse a correr.

“Ahí, ahí, por donde está esa piedrita que sobresale de la arena quedó un cuerpo, el otro fue allá adentro, en el hotel”, relató un guardia de seguridad, que fue testigo del tiroteo.

Aún nervioso al recordar los hechos, expresó que las víctimas también portaban armas de fuego, “de esas chiquitas, de las que son tipo escuadra, pero los otros sí traían armas largas de calibre .223”.

-¿Y cómo sabes del calibre? Se le cuestionó.

“Pues porque aquí tengo la bala, mira, 223”, mostrándola disimuladamente y lejos de la vista de las cámaras de vigilancia, aunque en realidad es un casquillo percutido, color dorado, mal gastado.

-¿Y qué hicieron?

“Pues nada, correr, no hay de otra (…) mira, ven, te enseño”. El vigilante llevó al equipo de Por Esto! a una palmera donde quedó la cicatriz que causó un impacto de bala, de esas que arrebataron la vida de dos personas, que a decir de la Fiscalía General de Quintana Roo, se trata de narcomenudistas.

“Se los toparon de frente, ni para dónde correr, pobres chavos”, expresó el guardia, quien aseguró que pese a que uno de ellos corrió dentro del hotel, fue alcanzado por las balas para arrebatarle la vida; en tanto, el otro sujeto que lo acompañaba fue sometido por los sicarios, quienes a punta de golpes pretendieron llevárselo, pero al final decidieron ejecutarlo.

Por último se le preguntó que si tenía temor, “pues sí, pero es la chamba, qué le vamos a hacer”, respondió.

Para llegar al hotel, el equipo de Por Esto! caminó aproximadamente 200 metros en medio de la selva, ya que no hay acceso público a la zona de playas; una vez en los arenales se recorrieron cerca de dos kilómetros para llegar al lugar de la escena del crimen.

Para poder llegar a la zona del ataque, se debe atravesar por un par de playas nudistas, donde los turistas se regocijan disfrutando de bebidas alcohólicas y bocadillos al ritmo de la música electrónica, otros más permanecen en la fiesta de espuma que vuela de la alberca a la playa.

Una pareja de francesas gozaba de las aguas del Mar Caribe, mientras otra lucía sus finas curvas expuestas al resplandeciente sol; las tres ni se inmutaron de lo ocurrido ayer en Puerto Morelos.

En la zona de playa del hotel Hyatt Ziva Riviera no hubo turistas, mismos que permanecían en las instalaciones o en la alberca; brevemente comentaron que tienen miedo, pero se convencen de estar seguros y se quedan a disfrutar del sol, playa y arena.

Una pareja tomó la iniciativa y acudieron hasta la costa donde se sumergieron en las olas, donde se abrazaron y besaron, como si no hubiera pasado nada.

Fernando Mora Guillén, vocero del Gobierno del Estado, expresó a una cadena televisiva a nivel nacional, que la escena del crimen estaba resguardada por elementos de Seguridad Pública de Quintana Roo; sin embargo, un día después del tiroteo no hubo policías en la entrada del hotel ni en la zona de playas.

Sólo se pudo apreciar una cinta de precaución, que se confunde con la escena del crimen o de restricción a la construcción de una palapa a orilla de la arena y el mar.

Los turistas del hotel permanecían en la alberca; varios no bajaron a la playa ante el temor por los hechos registrados; otros prefirieron continuar la fiesta, porque a eso vinieron: a disfrutar y olvidar con finos tragos la tarde amarga del jueves.

En el sitio se observó a un par de policías ministeriales que caminaba por las instalaciones del hotel, las diligencias continúan y hasta ahora hay tres líneas de investigación por estos hechos, mismas que no revelan para no entorpecer las pesquisas.

“No sé cómo entraron, pero por favor no tomen fotos de las instalaciones”, pidió uno de los trabajadores del complejo hotelero que acompañaba a los agentes investigadores.

De acuerdo con el Fiscal General de Quintana Roo,Óscar Montes de Oca Rosales, las primeras pesquisas establecieron que un grupo de 15 personas irrumpieron en la playa y arrebataron la vida de dos personas que presuntamente vendían droga, cuyos cuerpos permanecen sin identificar en el Servicio Médico Forense (Semefo).

Declaró que los occisos llegaron al hotel a las 11:30 horas del jueves, quienes iban acompañados de otras tres personas, alegando que “ellos iban a ser los encargados de vender droga en la zona de playa”.

Hasta el momento, la FGE no ha establecido a qué grupo criminal pertenecen los pistoleros y los presuntos narcomenudistas, lo que sí es claro, es que el grupo de sicarios irrumpió y mostró el poderío y los recursos que tiene el cártel para realizar estos violentos hechos.

Pese a que los hoteleros tienen cámaras de seguridad, algunas conectadas al C-5, no se ha logrado la captura de los responsables, puesto que éstos huyeron presuntamente en una pEqueña embarcación.

En entrevista previa con Óscar Montes de Oca, admitió que en Quintana Roo operan tres grupos de la delincuencia organizada: Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG); Cártel del Noreste (CDN), que es una escisión del sangriento Cártel de Los Zetas y el Cártel del Pacífico, mejor conocido como el Cártel de Sinaloa.

Sin embargo, el Consejero Nacional de Seguridad Pública (CNSP), James Tobin Cunningham, reveló que a estos tres cárteles se le suman Los Pelones; los cuatro grupos delincuenciales, dijo, están en la mira de las autoridades federales y estatales.

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