A raíz de la fuga de una paciente, sale a la luz el Centro de Desarrollo Humano 'Despertares', donde el personal golpea y tortura en lugar de rehabilitar a las personas con problemas de adicción.
El pasado viernes, Karen, una joven que estaba internada en dicho lugar, ubicado en la calle 26, entre avenidas 120 y 125, en la colonia Ejidal, de esta ciudad, se escapó por la azotea y personal del lugar logra asegurarla para luego golpearla.
La madre de Karen intentó sacar a su hija, pero el personal del Centro de Rehabilitación se opuso, por lo que acudió a la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo (FGE) a presentar una denuncia en contra del lugar y su directora general, Janette López Gutiérrez.
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Domitila Betancourt, madre de la joven, expuso que cuando llegó a buscar a su hija le dijeron que ya la habían entregado a un familiar, a un hijo.
“Pero yo no tengo hijos, por lo que exigí que me entregaran a mi hija y no me querían decir dónde la tenían”, aseguró.
Fue el miércoles, después de las 23:00 horas, cuando con apoyo del personal de la Fiscalía logró rescatar a Karen, quien tenía marcas en los tobillos y muñecas, porque había sido atada a un árbol y a una cama, como expuso. También presentaba marcas de una mordida en la espalda, un golpe en el pómulo y moretones en otras partes del cuerpo.
La madre de la mujer, señaló que vive en Cancún y por recomendación de conocidos internó a su hija en este lugar, donde le cobraban 4 mil pesos mensuales, el cual tiene su domicilio legal en la avenida Diagonal 85, entre calle 80 y calle 24 Norte, también en el Ejido.
Karen ingresó, pero sólo aguantó una semana en este sitio y escapó por la parte alta, brincando a una casa vecina, pero entre cinco personas la localizaron y la regresaron, prácticamente arrastrándola por la calle.
La violencia hacia su persona no acabó ahí, y por ahora señala a tres personas como los agresores, quienes se llaman Ulises, Isaías y Roberto.
Cuando la Fiscalía intervino, antes de entregarle a su hija, el personal del lugar le pidió que hablara bien de ellos, “pero qué voy a hablar bien de ellos, después de ver cómo dejaron a mi hija”, dijo.
A Karen la fueron a entregar a las instalaciones de la Fiscalía, y querían evitar los cargos, pero en cuanto vio a su hija en un pésimo estado anímico y con las huellas de la tortura que intentaron ocultar con maquillaje, continuó con la demanda.
Por ahora sólo hay una persona detenida, Héctor Miguel L., pero por faltas administrativas e insultos a la autoridad. El lugar sigue operando por ahora, aunque a decir de otros, los pacientes fueron trasladados a otro sitio luego de que se ventilara la fuga.
Asimismo, a raíz de esta situación, otras personas con familiares en el supuesto Centro de Rehabilitación, comenzaron a interponer denuncias ante la Fiscalía.
Fabiola denunció que su esposo de 42 años, Ure B., quedó en estado vegetativo, hospitalizado en la cama 18 del IMSS Playa del Carmen, tras ingresar a este lugar para atender su problema de alcoholismo y ser golpeado por el mismo personal, a lo que le argumentaron que se había caído en una clase de zumba.
Narró que además, una de las prácticas en este lugar, es atar a una silla a los pacientes y arrojarlos a la alberca hasta casi ahogarlos.
Por su parte, Joselyn, madre de otra paciente, denunció que le impidieron ver a su hija por más de dos meses, a pesar de tener cubiertas las mensualidades y hasta el pago de alimentación, además de dulces, chocolates, y frituras que entregaba de manera física, porque supuestamente los pedía su hija.
Contó que a los pacientes los obligaban, bajo amenaza de torturarlos más, a hacer vídeos en los que decían a sus familiares que se encontraban bien atendidos y contentos, lo cual ahora se descubrió era mentira.
Al pensar que la joven que se había fugado era su hija, Domitila Betancourt presionó a la Fiscalía para intervenir y rescatarla del supuesto centro de rehabilitación, donde incluso la amenazaron diciendo que eran de “los Zetas”, aseguró.
Por ahora, la FGE Quintana Roo no ha informado sobre este caso, aunque las víctimas piden que no dejen libre a Héctor Miguel, quien podría darse a la fuga.
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CG