El año pasado el Centro de Prevención de la Violencia Contra la mujer y Personas en Situación de Vulnerabilidad (Ceprevim) atendió a cincuenta adultos mayores por depresión severa, en un rango de edades de 60 a 93 años, el sentirse inútiles es una las principales que lleva a los abuelitos a padecer depresión, ansiedad e insomnio.
Antonio Felipe Jiménez Nájera, psicólogo y encargado de dicho centro, dijo que la pandemia fue un factor detonante para que el número de adultos mayores con padecimientos mentales como depresión, ansiedad insomnio aumentara considerablemente.
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Destacó que desde el principio de la pandemia los adultos mayores que realizan alguna actividad en dependencias gubernamentales o el sector privado fueron enviados a descansar y otros despedidos como medida precautoria para evitar que contrajeran el virus.
Explicó que tan solo el año pasado el área psicológica del Ceprevim brindó atención psicológica a 50 adultos mayores en edades que van desde 60 hasta los 93 años, lo que representa un aumento de hasta el 50 por ciento en comparación con 2019, en el que se atendieron aproximadamente a 23 adultos mayores, del gran total del año pasado, el 11 por ciento sufrió algún tipo de violencia por parte sus familiares.
Esto provocó que se sintieran solos y en ellos comenzó a formarse la idea que ya no eran útiles para sociedad, e incluso que se convirtieran en una carga para sus familias, al encontrarse inactivos esta idea fue creciendo hasta hacerlos entrar en depresión o ansiedad al prolongarse cada vez más el confinamiento.
La reactivación parcial de las actividades provocó que estos padecimientos se agudizaran debido que los abuelitos pensaron que ellos serían reincorporados a sus actividades, pero tuvieron que quedarse en casa de nuevo debido que ninguna empresa recontrató a sus adultos mayores e incluso algunos decidieron acabar la relación laboral.
“Se trata de muchos factores, pero sin lugar a duda, la pandemia fue un detonante, debido que muchos daban clases, empacaban las cosas en el súper o realizaban cualquier otra actividad productiva, pero al ser enviados a casa sin poder hacer ninguna de las tareas anteriores pues comienzan a sentir ansiedad, depresión o insomnio”, dijo el psicólogo.
Ellos comienzan a sentir que ya no son útiles para la sociedad cuando son aislados cuando ven reducidos sus movimientos, quizá porque ya no pueden realizar las mismas actividades de antes es cuando comienzan ponerse tristes.
Aseguró que detectar la depresión en un adulto mayor es muy complicado debido que por su edad son menos inactivos, sin embargo, cualquier cambio radical en su comportamiento es señal de alarma.
Enfatizó en que el Ceprevim continúa realizando peritoneos en las colonias más vulnerables ofreciendo asesoría legal y atención psicológica para las personas que lo necesitan y también cuenta con los teléfonos 9983614077 y 9981224234 para brindar atención inmediata.
Por último agregó que mantener activos a los abuelitos sin exponerlos a contraer el virus es importante para conservar su salud física y mental.
CI