La falta de alfabetización agudiza los problemas sociales como pobreza, marginación y abuso y estas personas tienden a no autoanalizarse, además de depender siempre de otros para funcionar en la sociedad, dijo en entrevista para Por Esto! Fernando Ruiz Ruiz, director de la asociación civil Mexicanos Primero.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en Quintana Roo hay 42 mil 224 personas que no saben leer ni escribir, de las que 28 mil 115 son menores de entre 6 y 15 años de edad.
Fernando Ruiz explicó que la falta de estrategias para resolver esta situación desencadena la descomposición social, ya que una persona que no cuenta con acceso a la educación tiene altas probabilidades de presentar trastornos de concentración y poca disciplina, que es esencial en el campo laboral formal, lo que desencadena una situación económica vulnerable.
La pobreza es una de las causas del analfabetismo y es una consecuencia, pues provoca mayor pobreza manteniendo a las personas en la misma condición.
Es necesario trabajar en una reforma desde la perspectiva económica y política, ya que el analfabetismo es un factor que conspira contra las posibilidades de desarrollo y de fortalecimiento de las capacidades competitivas. Además la alfabetización hay que verla como consecuencia de una cuestión humanitaria y de justicia social que depende de la decisión de los gobiernos.
Con base en el informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2018 (Coneval), en Quintana Roo hay 474 mil 833 personas en situación de pobreza, de las que 193 mil 362 son menores de edad.
En cuanto abuso, Fernando Ruiz aseveró que la falta de conocimiento de sus derechos en general los convierte en presa fácil. Por ejemplo: “si un patrón lo tiene trabajando más horas de las que está permitido por la ley o el sueldo que percibe no corresponde a la actividad desempeñada, no sabrá si esto es normal o no.”
Los personas que no cuentan con una alfabetización viven lejos de una sociedad civilizada. Este problema hace que se mantengan como tal. Tampoco aceptan el sistema salubridad y sanitario moderno, de prevención y curación, sino que siguen los medios rústicos y de superstición, en la mayoría de los casos perjudiciales.
La Organización de las Naciones Unidas define que una persona se considera alfabetizada si es capaz de leer, escribir y entender un texto breve y siempre relacionado con su vida cotidiana.
MR