Los viveros de coral que el Instituto Nacional de Pesca (Inapesca) y el gobierno de Quintana Roo acordaron sembrar de la Isla Contoy hasta Akumal llevan un 35 por ciento de avance, pero la meta está lejos de cumplirse. Hace cuatro años empezaron el cultivo de estos viveros con la intención de rescatar los arrecifes en una extensión de 180 kilómetros; pero en este tiempo apenas han logrado sembrar la tercera parte de los 265 mil corales que proyectaron cultivar en un periodo de 6 años.
La titular del proyecto Coral de Inapesca, Claudia Padilla, explicó que el 29 de noviembre de 2016 firmaron un convenio con el gobierno que encabeza Carlos Joaquín González para sembrar ese número de corales en un lapso de seis años; sin embargo, en los cuatro años que han transcurrido desde que inició este cultivo, sólo han completado 35 por ciento de la meta.
Esto significa que en los dos años siguientes deben cultivar 65 por ciento de los viveros restantes para cumplir con el acuerdo firmado a finales de 2016, en el que también se estableció que el gobierno de Quintana Roo aportaría dos millones de pesos al año para financiar el cultivo de estos viveros.
“En ese gran proyecto se establecen diferentes colaboraciones con otros actores en distintas localidades, es en la parte norte de Quintana Roo, el proyecto abarca desde Isla Contoy hasta Akumal; entonces en distintos sitios se trabaja con áreas naturales protegidas y con algunos prestadores de servicios que se involucran en las actividades y uno de ellos es Alltournative en Puerto Morelos, y en Contoy”, detalló la bióloga de Inapesca.
En entrevista, enfatizó que no es la primera vez que siembran viveros de coral en el Caribe Mexicano, pues llevan más de 15 años aplicando esta técnica para repoblar los arrecifes dañados luego de que hubo varios eventos de huracanes que generaron la ruptura de muchos corales.
“Entonces ahí surgió la oportunidad de mantener estos fragmentos en viveros de coral, tenerlos en esas estructuras para posteriormente utilizarlos en actividades de restauración. La idea, la necesidad, surge desde hace 15 años y ya como Inapesca en 2009 se consideró dentro de los proyectos y se ha mantenido como un programa continuo con diferentes financiamientos”, explicó Padilla.
Sobre este procedimiento, el director adjunto de Investigación Acuícola de Inapesca, Juan Carlos Lapuente Landeros, apuntó que “es muy difícil y costoso”, además de que no ha sido fácil implementarlo y conseguir el financiamiento, pero haberlo empezado “ya es un gran logro, porque manejar las técnicas y crear biotecnología ya es un gran paso y apenas los esfuerzos están comenzando, porque ya contamos con la tecnología”.
En este último proyecto patrocinado por el gobierno de Quintana Roo, ambos funcionarios de Inapesca señalaron que el compromiso fue otorgar un tope de dos millones de pesos al año en todos los gastos que implica cultivar estos viveros y es fecha en la que han aportado el presupuesto. Considerando que la siembre empezó en 2017, la administración de Quintana Roo ha aportado un total de 8 millones de pesos en un lapso de 4 años.
Sin embargo, el avance es lento, porque el convenio no lle-va ni la mitad y éste concluye en 2022, de modo que para finales de ese año Inapesca tiene que haber sembrado 265 mil corales con una inversión de 12 millones de pesos que proporcionó el gobierno de Quintana Roo.
“Es una meta súper ambiciosa y es la primera vez que el gobierno estatal financia este proyecto, antes han sido a través de agencias de financiamientos de proyectos de investigación”, apuntó la bióloga encargada del proyecto coral.
Entre el éxito y el fracaso De acuerdo con el “Manual para la Evaluación de viveros de coral”, elaborado por el Consorcio Dominicano de Restauración Costera en 2019, la “jardinería de coral” ha resultado ser buena estrategia, pero para que sea exitosa se requiere que, desde la planeación de la restauración, los objetivos estén identificados; de lo contrario, podría terminar en fracaso.
Actualmente la restauración de arrecifes está generando conocimiento para mejorar los procesos; sin embargo, una investigación del Colegio de la Frontera Sur a cargo de María Fernanda Romero, advirtió que ésta se encuentra en sus primeras etapas, por lo que resulta esencial continuar las investigaciones para que los viveros logren su propósito.
En la tesis “La restauración de arrecifes de coral, una alternativa de conservación en el Sistema Arrecifal Mesoamericano”, María Fernanda Romero detalló que “la restauración ecológica aplicada a los arrecifes coralinos es un proceso delicado que requiere integrar diferentes aspectos para permitir el restablecimiento exitoso de un sistema arrecifal”.
Con ello, señala que no es fácil cumplir las metas, porque la mayoría de los proyectos de restauración que involucran técnicas de cultivo y trasplante de especies coralinas tienen limitaciones para determinar la efectividad de la restauración en un sistema arrecifal, pues el monitoreo post-trasplante se lleva a cabo durante tiempos reducidos; utilizando indicadores de éxito basados en la supervivencia y crecimiento de los corales trasplantados.
Sin embargo, este estudio critica que no se contemplan otros indicadores como los socioculturales y económicos que podrían complementar la efectividad de los esfuerzos de restauración arrecifal. Inapesca admite que la restauración de arrecifes no está garantizada.
El director de Inapesca, Pablo Arenas Fuentes, admitió que la restauración de los arrecifes de coral depende de la eficiencia de la siembra, por lo que estas nuevas técnicas tienen que llevarse a cabo con extremo cuidado para que surtan el efecto esperado, pues en la firma del convenio firmado en noviembre de 2016 precisó que la producción de colonias de coral, el desarrollo de técnicas de restauración, así como la eficiencia en la siembra de organismos permitirá la recuperación de las áreas arrecifales dañadas.
En ese acto público, dijo que “un coral en buen estado, es la mejor defensa natural contra eventualidades que todavía son imprevisibles, por lo que necesitamos mantenerlos en buen estado”. Pese a los riesgos, el director adjunto de Investigación Acuícola de Inapesca dijo a este diario que confía que con esta siembra se aminorará el deterioro que tienen estos ecosistemas y con ello lograr beneficios y servicios ambientales.
“Visualizamos el proyecto como una acción de acuacultura para la producción de estos corales, pero también nos interesa el funcionamiento del arrecife, para los recursos de importancia comercial, mantener estos recursos y mejorarlos”, afirmó.
CG