El Centro de Atención Canino, quedó acéfalo, por lo que los propios trabajadores tienen que poner de su propio bolsillo para la alimentación de los perros, en tanto que las instalaciones se derrumban por falta de mantenimiento, reconoció uno de los trabajadores de la comúnmente llamada “Perrera Municipal”.
Luego de exhibir los pocos recursos con que cuenta el Centro de Atención Canino, ubicado en calle Flor de Pascua de la colonia Tumben Cuxtal, al contar con sólo 3 mil pesos anuales y de acuerdo al organigrama del municipio capitalino, actualmente dicho sitio quedó acéfalo, al ser enviado el veterinario Mario Alberto Ayala Cortéz, al frente del rastro municipal, con sede en el parque industrial de la comunidad de Huay-Pix.
De las 8 jaulas que cuenta el Centro de Atención Canino, se pudo apreciar que se desprenden los barrotes a pedazos ante el óxido de los mismos, observándose las puertas podridas, por lo que se tienen que cerrar con “candado” y pedazos de alambre o soga, que los mismos empleados llevan desde su casa.
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A simple vista se observa que la barda perimetral del centro canino, esta derribada de un segmento, al ser tirado un árbol del predio contiguo, por donde “gente se ha metido a la misma “perrera municipal”, señaló un empleado, aunque a decir de lo observado, no hay mucho que levarse por parte de los “amantes de lo ajeno”, cuya situación lleva alrededor de un año, refirió.
“Nos aportan cada 3 meses de 2 a 3 costales de croquetas para los perros, por lo que al llegar personas que quieren adoptar perros, ellos mismos dejan alimento, para mantener a medias la alimentación de los canes que llegan a ser ingresados”, señaló la fuente.
En ese sentido, expreso que ha tenido que desembolsar de su dinero, la cantidad de 55 pesos para desparasitante, para sarna, pulgas y garrapatas, invirtiendo en 5 meses 3 botes, “es decir 165 pesos, de los cuales son necesarios para llevar a su familia, mientras que la administración no proporciona”, aseveró.
Actualmente el Centro de Atención Canino, hasta gallos, tiene albergados en sus jaulas, visiblemente en deterioro, a razón de un decomiso, junto con una pareja de perros, cuya hembra tiene 4 cachorros, con los cuales tiene que ver como los alimentan, al contar con poco abastecimiento de croqueta.
El veterinario encargado de la Perrera Municipal, Mario Alberto Ayala Cortéz, ahora atiende asuntos del rastro municipal, en compañía de otro veterinario de nombre “Néstor”.
MR