Quintana Roo

COVID-19 remarcó la brecha de desigualdad en Quintana Roo: CEEY

Sólo la población del extracto más alto logró recuperar sus ingresos previos a la pandemia; la desigualdad en Quintana Roo se observa más acentuada, indica un investigador
Los especialistas prevén un escenario de menor movilidad social / Mario Hernández

La falta de recuperación del empleo y el ingreso de los trabajadores de los extractos bajo y mediano, perdidos como consecuencia de la pandemia de COVID-19, ha acentuado la brecha de desigualdad en la población de Quintana Roo, alertó Luis Monroy-Gómez-Franco, investigador del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).

“Quintana Roo fue una de las entidades más afectadas, junto con Baja California Sur y Ciudad de México, en donde el déficit de empleos es más grande respecto al resto del país. Ello se debe en buena medida al peso que tiene el turismo internacional y nacional en la economía”, expuso.

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En su investigación “Impactos distributivos del COVID-19 en México”, el maestro en Economía por El Colegio de México evidenció que en estas entidades el salario per cápita cayó hasta 18 por ciento.

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“Las personas con menor ingreso laboral en Quintana Roo perdieron alrededor de la mitad de éste entre el primer y tercer trimestre de 2020. Para finales de año, la perdida fue paliada parcialmente, pero continuaban ganando 25 por ciento menos que al inicio”, explicó.

Estimó que en México, los trabajadores del extracto económico más alto recuperaron su nivel de entrada económica a finales de 2020, mientras que alrededor del 90 por ciento de la población restante continúa sin la posibilidad de hacerlo.

Lo anterior se explica por el tipo de empleo al que se dedica cada extracto de la población: el 20 por ciento de la clase trabajadora puede realizar sus actividades laborales desde casa, mientras que el otro 80 por ciento debe hacerlo de forma presencial, dijo.

“Esto nos genera un escenario en donde los empleos más vulnerables de ser destruidos por una crisis económica como la actual son las actividades presenciales, que no se pueden realizar o se realizan en menor medida que antes, y en las que se encuentra inserta la mayor parte de la población”, dijo.

Argumentó que esta población es la que sufre la mayor pérdida del empleo o la mayor reducción en el número de horas de trabajo, lo que afecta sus ingresos.

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A este factor, se agrega que los municipios con el índice más alto de marginación económica son los más afectados por la pandemia por la cantidad de personas fallecidas y enfermas a consecuencia del virus.

“Eso significa es que hay un menor número de personas que pueden trabajar y, por tanto, hay una menor fuente de entrada económica para los habitantes de esos hogares”, dedujo.

En resumen, las personas con menores salarios son las más expuestas a la contracción económica.

“Estamos en un escenario donde la desigualdad en la distribución del ingreso laboral y posiblemente del ingreso general de los hogares, que ya de por sí era muy alto, va a ser mayor después de la pandemia”, pronosticó.

“En este momento, es un incremento de alrededor de un punto, dos puntos porcentuales del coeficiente de GINI, que es la medida que comúnmente se utiliza para medir la desigualdad. Es posible que eso sea el efecto neto, dado que no ha habido un esfuerzo por parte de la política pública de revertirlo”, pronosticó.

Ante el deterioro del mercado laboral, la movilidad social de la población también se verá afectada, advirtió el también candidato a Doctor en Economía por The Graduate Center of the City University of New York.

Otro impacto a largo plazo es la pérdida parcial de tiempo dedicado a las labores escolares, que puede impactar en el logro escolar de los niños y los jóvenes y, en consecuencia, en los salarios los que pueden aspirar a recibir en el mercado laboral. Esto puede llevar a un escenario de menor movilidad social, previó.

Comparativa peninsular

En Yucatán, la pérdida del ingreso y el empleo no fueron tan severos, es uno de los estados que registra menor contracción económica.

Sin embargo, se observa un impacto asimétrico entre los trabajadores: el 20 por ciento de la población en el extracto más alto de salarios obtuvo uno mayor al que tenía inicialmente. “Ellos sí tuvieron una mejora en 2020 en términos de su ingreso laboral”, afirmó Monroy-Gómez-Franco.

En el otro extremo, el 30 por ciento de la población con menor sueldo no ha logrado recuperar la brecha que tenía antes de la pandemia, que oscila entre el 10 y el 15 por ciento, estimó.

“En el caso de Campeche, vemos de igual forma un patrón de pérdida de empleo muy concentrado en las partes intermedias e inferiores. Aquí la recuperación ha ocurrido primordialmente en empleos con menores salarios, pero sigue existiendo un déficit en los intermedios”, explicó el especialista.

“La crisis en esta entidad les pegó a todos por igual, todos perdieron alrededor del 10 y el 15 por ciento de ingresos, sin embargo, para finales de año, éste ya se había recuperado al nivel que tenía al inicio de 2020”, dijo.

CG