En 1993, tras la separación de Cozumel, Playa del Carmen y posteriormente Tulum en 2008, eran vistos con un enorme potencial para el desarrollo de grandes urbes que llegarían de la mano del turismo.
A ellos se sumó Puerto Aventuras, que de ser un campamento de trabajadores, también se perfila como un importante núcleo urbano gracias al desarrollo que muestra el lugar y sus alrededores.
Pero en la medida que este desarrollo económico se da, también la mancha urbana avanza a grandes pasos y, con ella, una serie de problemas, el principal, la pérdida de selva y áreas naturales.
El nacimiento de un gigante
"Los años comprendidos entre 1980 y 1993 son de gran importancia para el crecimiento y la consolidación estratégica de Playa del Carmen y Tulum como centros turísticos, urbanos, sociales y con suma repercusión económica. Causas que obligaron a contemplar la necesaria independencia de lo que aún formaba parte de Cozumel. Las coyunturas económico-políticas que en tal lapso se acomodaron, iban precedidas por movimientos migratorios y sociales que conformaron el particular mosaico de esta región: grandes intereses de por medio, la globalización económica en ciernes, una explosión demográfica inaudita y ciertos intentos organizados de la ciudadanía por participar activamente en las decisiones", refirió el cronista de la ciudad, Raymundo Tineo Celaya.
"No todo asentamiento social tiene la fortuna de gestarse bajo circunstancias favorables o benéficas. Un nacimiento, por una parte, siempre trae consigo consecuencias imprevistas; por otra, puede cumplir expectativas anheladas, pero en el caso de Playa del Carmen podría creerse, como dice una voz popular, que su alumbramiento sucedió bajo una buena estrella", dijo.
"Las condiciones para el nacimiento de Playa del Carmen fueron apuntaladas por factores de índole diversa. La preferencia turística global por los atractivos del que sería este joven municipio, marcó el inicio de una estrategia que pudiese satisfacer los reclamos que este desafío presenta: una infraestructura capaz de sostener empresas hoteleras y turísticas de renombre internacional; otra infraestructura para responder a las nuevas circunstancias sociales derivadas de tal desarrollo y que no ha podido lograrse", apuntó.
A 28 años del nacimiento de Playa del Carmen, el desarrollo que muestra ha generado también un rezago en materia de servicios, pero sobre todo, dejó desfasado el Plan de Desarrollo Urbano en un par de ocasiones.
El último, el que está vigente, se presentó en la administración de Carlos Joaquín González, hoy gobernador del Estado; a la fecha se trabaja en actualizar este documento.
De entrada, propone ya una ciudad vertical pues como señala Javier Pérez López, presidente del XIII Consejo Directivo del Colegio de Arquitectos, se debe pensar en pequeños núcleos que acerquen todos los servicios a la comunidad.
No hay que olvidar que Ciudad Mayakoba tiene entre sus objetivos esta proyección de acercar plazas, hospitales, escuelas y universidades, así como un parque urbano a la comunidad para que no tenga que desplazarse como actualmente ocurre.
Desafortunadamente, al quedar rebasado el PDU original, muchos inversionistas han sabido capitalizar para deforestar grandes extensiones de selva. El mejor ejemplo, Villas del Sol, donde actualmente continúan devastando la selva sin respetar los porcentajes que la ley establece, deben dejar como áreas verdes.
Los proyectos que pretenden devorar selva
En el caso de Puerto Aventuras, esta población basa su fundación con la llegada de la marina del mismo nombre, en un proyecto desarrollado por el arquitecto Román Rivera Torres.
"Colocamos una primera piedra en 1988 como el primer desarrollo de gran escala a ser construido en la Riviera Maya. Era entonces un área de bonitas playas y una densa selva, sin servicios ni infraestructura alguna, lo que significó que tuviéramos que crearlos nosotros mismos y en algunos casos operarlos bajo concesión otorgada por las autoridades", señaló.
Para lograr lo que hoy es uno de los lugares más exitosos del Caribe Mexicano, que cuenta con una marina, hoteles, plaza comercial, campo de golf y viviendas de alta plusvalía, se tuvo que improvisar, en medio de la selva, un campamento de trabajadores.
Víctor Hernández recordó que a este lugar llegó en 1993 y sólo contaba con tres o cuatro cabañitas.
Fue entonces que se generó una invasión de terrenos, comandada por Doris Jiménez, una de las lideresas naturales de la comunidad, que dio como resultado el centro poblacional de Puerto Aventuras.
Al paso de los años, creció ligeramente pues la falta de servicios impedía su crecimiento.
Sin embargo, con la llegada del primer desarrollo habitacional, Puerto Maya, que trajo más de 3 mil viviendas, la delegación tuvo un giro de 180 grados.
Además, con el desarrollo de otros hoteles como Barceló y Hard Rock Riviera Maya (anteriormente llamado Aventura Palace), otros inversionistas se han acercado.
En puerta están desarrollos como el de Taema, que planea contar con una aeropista y lagunas artificiales y más de 5 mil viviendas de alta plusvalía; también se encuentra Residencial Riviera, del empresario yucateco José Chapur Zahoul, un complejo inmobiliario con campo de golf de 18 hoyos para desarrollar hasta 6 mil 493 viviendas en un predio de 310 hectáreas; y recientemente se presentó el proyecto de Punta Paraíso, que contempla también un gran número de viviendas y donde el desarrollo se conecta mediante un “Lake Walk” que permitirá acceder fácilmente a todas las amenidades o simplemente disfrutar de una caminata junto al lago.
Es decir, en pocos años, veremos otra selva de concreto que suplante la actual selva de este lugar.
Tulum, un gigante desordenado
Hace 13 años, Tulum se independizó de Solidaridad, convirtiéndose en el noveno municipio de Quintana Roo.
Si bien desde que pertenecía a Solidaridad ya tenía una identidad propia y proyectos enormes en puerta, no fue sino a raíz del fallido aeropuerto que se planeó en el gobierno de Felipe Calderón, cuando los inversionistas voltearon sus ojos a este destino.
A pesar del tropiezo, el turismo posicionó a este destino que, desafortunadamente, enfrenta serios problemas por la falta de planeación.
De entrada, 60 por ciento de la ciudad carece de drenaje, lo cual es un reto para las autoridades porque, de no actuar ahora, podrían perder uno de sus principales atractivos como son los cenotes y ríos subterráneos.
De acuerdo con Jorge Ake, "Cuando llegué en 2009 éramos como 20 mil habitantes"; 60 por ciento de la población era flotante por la falta de servicios, pero ya empezaban a trazar nuevas colonias que, a la fecha, se mezclan entre los pocos árboles que dejaron de la otrora selva.
"En 2011 surgió la colonia Xulka; en 2015, la Yaax Tulum; la colonia Antorcha, a un kilómetro del primer poblado de la zona de transición", refirió.
Además, con este desarrollo y como sucediera en su momento con Playa del Carmen, también se crearon los asentamientos irregulares y en pleno centro de la ciudad, con colonias como la 2 de Octubre, un cinturón de miseria que, a diferencia de Playa del Carmen con la colonia Luis Donaldo Colosio, no hay un camino claro para su regularización; ni la de los otros.
En la encuesta intercensal de población y vivienda que realizó en 2015 el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), arrojó que eran 32 mil 714 habitantes, pero ahora rebasa los 40 mil.
En la actualidad, el gobierno indica que en Tulum hay 570 cenotes interconectados, convirtiéndose en más de 80 por ciento de las cavernas sumergidas exploradas en el Estado.
De acuerdo con el Plan de Desarrollo Municipal de Tulum, 2018-2021, este espacio litoral inicia la ruptura con las actividades agrícolas tradicionales básicas, al aparecer una nueva actividad económica en la zona con la creación de Cancún como destino turístico internacional, que influyó decisivamente en el desarrollo de Tulum como municipio, ciudad y destino turístico.
Tulum tiene una superficie de 2 mil 40.94 kilómetros cuadrados y ocupa 4.9 por ciento de la superficie del Estado. Está conformado por 170 pequeñas localidades, de las cuales, sólo 17 son de crecimiento notorio.
Las viviendas predominantes son unifamiliares con paredes de bloques de concreto y madera, techo de losa, de lámina acanalada o de cartón; en las áreas urbano-rurales las paredes son de madera o bajareque con techo de guano. En la ciudad se registran 32 mil 714 hogares, 24 mil 929 de ellos tienen jefaturas masculinas y 7 mil 785 con jefaturas femeninas. En promedio, las viviendas tienen dos cuartos y cuatro ocupantes. El 46 por ciento tiene casa propia y 54 por ciento la renta.
El gobierno actual reconoció que es crítica la ausencia de infraestructura pública para la deposición de aguas negras, pues son desechadas, en su mayoría, por fosas sépticas o sumideros. "En áreas de las regiones urbanas uno, tres y cuatro de Tulum, tienen condiciones paupérrimas, pero el resto de la mancha urbana no goza de condiciones mucho mejores".
Debido a la sobrevaluación de las tierras se ha limitado el desarrollo habitacional, puesto que esto origina un encarecimiento del producto final de vivienda, haciendo un negocio no redituable en cuanto desarrolladoras de interés social.
En respuesta a este fenómeno de carencia de vivienda ante el alto índice de crecimiento poblacional surge la construcción o adaptación de cuarterías: cuartos con baño para los trabajadores eventuales que con un empleo seguro pasan de ser trabajadores de paso a habitantes o residentes y esto conlleva a un déficit habitacional.
De igual manera se ha notado la construcción de pequeños hoteles y hostales en el centro del pueblo, acrecentando las necesidades básicas de agua, saneamiento y recolecta de basura.
Con este escenario, la demanda de vivienda y la falta de planeación serán un tema que puede poner en riesgo esta zona tan exuberante de selva, sin olvidar que vienen proyectos grandes como el periférico, el aeropuerto y el Tren Maya.
CG