Quintana Roo encabeza la lista de mayor incidencia de casos de cirrosis hepática, en comparación con las otras dos entidades de la Península de Yucatán. De acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, hasta la última semana de abril, el estado reportó 46 personas con este padecimiento, mientras que Yucatán tiene 37 y Campeche cinco.
Por su parte, Arturo Fernández Nava, médico general, egresado de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), explicó que esto tiene que ver más por un tema social que por la pandemia, ya que en la mayoría de los casos, para desarrollar esta enfermedad lleva un proceso paulatino.
La entidad no sólo se encuentra en primer lugar en cuanto a casos, sino que a diferencia de las otras dos entidades en las que se observa una disminución en comparación con el mismo lapso el año pasado, mientras que Quintana Roo va a la alza, ya que en 2020 se registraron 27 personas diagnosticadas con cirrosis hepática, en tanto en Yucatán 61 y Campeche siete.
Fernández Nava señaló que las personas comienzan con el consumo de bebidas alcohólicas durante la adolescencia, además, en los últimos años ha disminuido el rango de edad, cuando son bebedores sociales creen que no representa un problema, sin embargo, el abuso en el consumo de estas bebidas a largo plazo puede generar consecuencias irreparables en la salud, como la cirrosis hepática, problemas con el hígado, envejecimiento prematuro y debilidad en el sistema inmunológico.
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El alcohol a pesar de ser una de las sustancias que se encuentra permitido su consumo libremente, no deja de ser una droga que puede causar una codependencia y desencadenar el alcoholismo que también es una enfermedad y que además de causar graves problemas en la salud física, mental y emocional, no sólo para quien lo consume sino la familia que se encuentra alrededor de la persona adicta. Muchas veces se cree que en cualquier momento se puede salir del vicio en cuanto quieran, pero esto no es tan fácil como parece.
Ciudadanos de Cancún coincidieron que gastan en promedio de 300 a 400 pesos a la semana en bebidas alcohólicas, mientras algunos aseguran que el consumo del alcohol los relaja después del trabajo, otros dicen que es sólo por diversión.
Para Rogelio Rojas, el consumo de bebidas alcohólicas es con fines de diversión, ya que sólo lo hace una vez por semana, esto para relajarse de las largas jornadas de trabajo que tiene durante toda la semana, además que es un tiempo que dedica para conversar tranquilo con algunos amigos y miembros de su familia, sin embargo, es algo que a su esposa no le agrada, Rogelio dice que gasta un promedio de 300 pesos semanales, pero que algunas veces no paga, porque se lo invitan.
En el caso de Román Carreño, dijo que bebe un poco de alcohol para sentirse bien un rato, además cuando lo hace, suele escuchar música y eso lo pone alegre, “tal vez no es la mejor manera de buscar un poco de diversión, pero es para lo que alcanza y no le hago daño a nadie”, Román dijo que gasta un promedio de 400 pesos a la semana y para no afectar su economía, tiene un negocio a parte de su trabajo.
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CI