Quintana Roo

Don Cervacio Pérez, de 59 años, relató su experiencia con COVID-19, durante un mes y cuenta su viacrucis con la enfermedad

Tras un mes de padecer COVID-19, un jubilado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) acudió este jueves por la segunda dosis de la vacuna Pfizer contra el coronavirus, dejando atrás el sufrimiento por la enfermedad, ver morir a un familiar y gastar sus ahorros, “porque de algo hay que comer”.

Caminando a paso lento, apoyándose en un bastón metálico, pero entusiasmado, Cervacio Pérez Bevans, de 59 años de edad, originario de Chetumal, pero con residencia en Playa del Carmen,  acudió a recibir la segunda dosis de la vacuna a la unidad deportiva de la colonia Luis Donaldo Colosio.

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Bajo un intenso sol, a 32 grados centígrados de temperatura, Cervacio Pérez camina sobre la Avenida 35 para hacer fila y entrar a la vacunación, con papeles en mano para evitar contratiempos, ya que se observa que muchos de los que van a la inoculación son regresados por no llevar la documentación actualizada, “ahora te piden el formato que viene con el –código- QR”.

“Esto es un pequeño respiro, esperamos que la gente cumpla con las medidas por nuestra salud, que es lo más primordial y dejar esto, aunque vivamos con el rostro cubierto, pero es algo con lo que vamos a vivir, no hay más que cuidarse de hoy en adelante y adaptarse a las circunstancias de la vida”, advirtió don Cervacio.

Explicó que desde el inicio de la pandemia, al otro lado del continente, no se imaginó que pudiera llegar a México, menos a un confinamiento de no sólo días, sino muchos meses y bajo estrictas medidas sanitarias a las que no se está acostumbrado; “ya casi estamos para irnos a fiestas”, bromeó.

Aunado a ello se suman los problemas económicos, que a punto estuvieron de enfermar a la gente por el estrés de no tener dinero para sobrevivir ni llevar el sustento a casa, que aunque no es su caso, lo vivió de cerca con amigos, vecinos e incluso familiares, ya que bien o mal, él cuenta con su pensión.

“Es muy difícil económicamente, los ahorros se van y como no hay mucho trabajo ahora, hay que arañar lo poco que uno tiene, aquí es cuando se ve la solidaridad de la gente, de los amigos, de la familia o el alejamiento, porque el confinamiento nos hace ver la realidad de las cosas y así es la vida”.

El problema financiero queda a un lado cuando un integrante de la familia se enferma de COVID-19, el problema se agrava cuando este fallece, los protocolos por manejo de cadáveres por esta enfermedad es muy estricto, no hay velorios, algo que contrapone a los usos y costumbres de millones de mexicanos.

“Nos enfermamos por la pandemia, desgraciadamente tuve la pérdida de un familiar, son cosas de la vida, así como pudo ser él, pude haber sido yo, cualquiera, no le podemos echar la culpa a nadie, es el destino y nos tocó un momento difícil, pero superable”.

Sin poder dejar a un lado el trago amargo de la pandemia, lamentó que su cirugía de cadera tuvo que ser reprogramada, ya que la prioridad son los pacientes que enferman de COVID-19.

“Se retrasó más, no hay hospitales disponibles para esto y el dinero que se tenía guardado se agarró para subsistir, era primordial la operación, pero también hay que comer y de la jubilación no alcanza”, acotó.

Relató que durante un mes padeció el coronavirus; “me dio, pero no tan fuerte, no tuve la necesidad de estar en un hospital, pero se siente horrible, te quedas sin sabor, unas temperaturas feas, pero no sé si el cuerpo estaba fuerte, pero lo pasamos”.

Ante el desacato de las medidas de prevención del contagio por coronavirus, afirmó que todos las incumplen, sin importar si son viejos o jóvenes, “todos incumplimos con las reglas sanitarias, no somos cumplidos como buenos ciudadanos, falta mucho por hacer, falta conciencia, más que nada, entre jóvenes y veteranos, porque muchos muchachos dicen que no se van a enfermar, pero son los que a veces portan el virus y contagian”.

Por esta razón lanzó un exhorto a toda la población a ser más conscientes sobre los riesgos y consecuencias de la enfermedad, “esto no es un juego, no es deseable para nadie, pero sí se siente muy feo”, puntualizó.

JCL