En Quintana Roo tenemos el Congreso más caro del país; mantenerlo cuesta 261 pesos a cada habitante.
Esto representa un 97 por ciento más que el promedio nacional, que es de 132 pesos y, a su vez, supera a los Congresos de los estados vecinos, Campeche, donde el costo es de 200 pesos por habitante, y Yucatán, donde el costo apenas alcanza los 58 pesos por cada poblador, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
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Para este año, el Poder Legislativo recibió 691 millones de pesos, de los que 485 millones 622 mil 930 pesos (70 por ciento) se canalizaron al Congreso.
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Esto supera la media nacional, que es de 442 millones de pesos y cuadriplica el presupuesto de Colima, la entidad con el Legislativo más austero con 115 millones de pesos.
Respecto al presupuesto, Quintana Roo tiene el noveno más alto, evidentemente superado por entidades más grandes, como la Ciudad de México, que tiene mil 744 millones, el Estado de México con 985 millones y Michoacán con 900 millones.
No obstante, si se divide este recurso entre un millón 857 mil 985 de habitantes que tiene el Estado, entonces resulta ser el más caro de México, con 261 pesos por habitante.
Este elevado costo del Poder Legislativo no era así. Hace nueve años, en 2012, su presupuesto era de 317 millones 128 mil pesos y para 2016, cuatro años más tarde, había alcanzado 340 millones 767 mil pesos; es decir, un aumento de sólo 7.4 por ciento.
Sin embargo, con la llegada de Carlos Joaquín a la gubernatura y sus aliados del Partido Acción Nacional (PAN) y Partido de la Revolución Democrática (PRD), que se hicieron de la mayoría de la Legislatura, el presupuesto tuvo el mayor crecimiento, llevándolo a 435 millones 872 mil pesos en 2017, un 28 por ciento más.
Esta tendencia creciente se ha mantenido hasta 2021, cuando se destinaron 485 millones 622 mil 930 pesos.
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Legisladores, los más caros de la Península
En 2020, cada legislador quintanarroense costó 19 millones de pesos al presupuesto del Congreso, lo que también supera el promedio nacional, que es de 12 millones de pesos y contrasta con los vecinos peninsulares, pues cada congresista campechano cuesta seis millones de pesos y cada legislador yucateco cuesta cinco millones de pesos.
Del presupuesto del Congreso de Quintana Roo en 2020, que solo tuvo variación del uno por ciento respecto al año previo, el 65 por ciento se destinó a servicios personales (312 millones 425 mil pesos).
En 2020 también se gastaron 24 millones 622 mil pesos en comunicación social, 98 millones a ayudas sociales, transferencias, asignaciones y subsidios y 51 millones en servicios generales entre otros rubros.
¿Y los demás recursos?
El 30 por ciento restante del presupuesto de 2021, que equivale a 205 millones de pesos se destina a la aplicación de auditorías. Esto coloca a Quintana Roo por encima de la media nacional, que destina 25 por ciento y por arriba de Campeche, que canaliza el 18 por ciento. Sin embargo, sigue por debajo de Yucatán que enfoca casi el 40 por ciento del recurso.
CG