Si bien la erosión de playas en un efecto natural que cada año ocurre, la construcción de hoteles que sobrepasa la duna costera provoca que esto se registre un mayor impacto; es por ello que se tiene que trabajar en estrategias de reforestación para evitar más pérdida del arenal, advirtió Reyna Gil Hernández, asociada en el Colegio de Biólogos en Quintana Roo.
Este problema se puede ver específicamente en la Zona Hotelera de Cancún y en la Riviera Maya; al construirse tan cerca de la duna costera las corrientes y el viento, paralelos a la costa; las fuertes tormentas y los huracanes, provocan que se haya perdido una porción de playa, lo cual se ha acrecentado por la construcción de desarrollos hoteleros.
En este caso las construcciones ya están hechas y no se podrá hacer mucho, por lo que anteriormente se rellenaron aproximadamente 12 kilómetros con arena dragada de bancos de otros municipios del Estado.
Todo esto aunado a que no se ha hecho un trabajo fuerte de reforestación en la duna costera, enfrente de los hoteles, por lo que se siguen perdiendo grandes volúmenes de arena, fenómeno que irá en aumento en caso de que no se tomen acciones, lo cual podría ocasionar que el gobierno rellene nuevamente las zonas afectadas.
Las nuevas propuestas para este tipo de zona es que se construya unos 100 metros después de la duna costera, pero está el tema de que la gran mayoría de los que quieren pretenden hacerlo lo más cerca posible a la playa, por lo que es un tema que de manera permanente van a sortear hoteles y ambientalistas.
Por su parte Vagner Elbiorn, director de la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat), dijo que en estos momentos la playa afectada por este proceso natural es Delfines, lo preocupante de esto es que salieron a relucir algunas estructuras de concreto, lo que puede ser muy peligroso para los bañistas, ya que son muy grandes.
Algunas rocas son visibles, pero otras no, por lo que se pondrá señalización en el área para advertir que por seguridad no se puede nadar en esa parte del mar, asimismo se tendrá de manera permanente dos guardavidas para la vigilancia.
Mencionó que se desconoce de qué son estás estructuras; se presume que pueden ser rezagos de lo que quedó de los huracanes Gilberto o Wilma, pero también hay la posibilidad de que algunas se hayan originado de manera natural, por lo que actualmente se encuentran en investigación.
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RM