En el campo quintanarroense sólo se observan adultos mayores trabajando en las parcelas de maíz de autoconsumo, donde alterna la siembra con calabaza chihua, frijol y el cultivo de chile jalapeño para producir sus propios alimentos y si le queda un excedente, estos son comercializados en la comunidad.
A sus 78 años, don Antonio Guzmán Silva luce en plenas condiciones físicas para trabajar en el campo en la siembra de chile, jalapeño, frijol, calabaza chihua, pero hoy le tocó doblar las plantas de maíz en su parcela para protegerlas de las aves silvestres, y muestra una habilidad increíble.
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El septuagenario toma un receso en sus labores y señala que él trabaja en el campo desde los seis años, por lo que son 72 años laborando de sol a sol, sus manos ásperas, secas y agrietas lo corroboran, pero afirma que tiene las fuerzas suficientes para trabajar la tierra y producir sus propios alimentos.
Guzmán Silva, afirmó que nunca fue a la escuela, primero porque en su niñez nunca existió una escuela en el pueblo, aparte de que trabajar la tierra para hacerla producir fue parte de la enseñanza de sus padres. Aunque a sus hijos los envió a la escuela para que no sufran en las labores agrícolas, uno de ellos, Reinaldo Juárez Guzmán, lo acompaña siempre.
Expresó que al año logra dos cosechas en sus parcelas que tiene en los límites de los ejidos de Caobas y Laguna Om, con un promedio de 14 toneladas de maíz, las cuales una parte las dedica para sus aves de traspatio, para unos marranos y unas cuantas vacas, lo demás lo comercializa entre la población a cinco pesos el kilo.
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Señaló que no lo puede vender más caro porque en las tiendas Diconsa se comercializa el kilo a cinco pesos con 50 centavos, aunque refirió que los granos que oferta son de mayor calidad y aguante por ser de semillas criollas.
Asimismo, dijo que es parte de las enseñanzas de sus padres doblar las plantas de maíz y dejarlas en campo en espera que se sequen, sobre todo porque impide que las aves silvestres (cuervos y pericos), destruyan las mazorcas en su desesperación por alimentarse.
El campesino señaló que cuando concluya de doblar las plantas de maíz, de manera inmediata se dedicará a la siembra otoño-invierno con semilla hibrida. Anualmente cultiva 12 hectáreas de maíz, las cuales les brinda suficiente alimento para su familia.
Finalmente, señaló que los jóvenes hijos de campesinos prefieren buscar nuevas oportunidades de empleo en la zona norte del estado, mientras la fuerza laboral en el campo está envejeciendo.
RM