En la reserva forestal voluntaria del ejido Laguna Om, en la que desde hace un tiempo se comenzaron a instalar las conocidas cámaras trampa, cuyo objetivo es captar en foto y video el comportamiento de las diversas especies que ahí habitan, como el jaguar y el tapir, que cabe mencionar se encuentran en peligro de extinción.
El comisario ejidal Gualberto Caamal Ku afirmó que las cámaras trampa fueron colocadas para captar el comportamiento del jaguar en la reserva forestal voluntaria del ejido Laguna Om, pero también han servido para detectar a los cazadores furtivos.
Expresó que desde hace una década se colocaron las cámaras trampa en puntos estratégicos, las cuales cualquier movimiento las activa y comienzan a captar imágenes sin perturbar a la fauna, ya sea de día o de noche se puede apreciar a los animales en su desempeño habitual.
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Y es que hace un par de meses, un medio de comunicación a nivel nacional hizo un reportaje sobre las cámaras trampa instaladas en Laguna Om. En dicho reportaje pudo constatarse que a pesar de ser una zona de conservación, hay gente que entra con el objetivo de cazar, pues las cámaras captaron a varios sujetos con equipo de caza en esta zona.
Por su parte, la comisaría ejidal de Laguna Om hizo un llamado a cuidar las zonas naturales y parar la caza furtiva en áreas protegidas, incluso ya solicitaron el apoyo de la Guardia Nacional para inhibir este tipo de actividades, sobre todo en el ejido Laguna Om.
Explicó que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), son las instituciones que llevan a cabo el procedimiento legal en contra de toda persona que no respete la fauna y las áreas protegidas, cuyos castigos, en caso de la caza furtiva, varían dependiendo de la especie que les sea confiscada, en el caso de un ejemplar de vida silvestre protegido como el jaguar, es de uno a nueve años de prisión y multa de 50 a 50 mil Unidades de Medida y Actualización (UMA).
“El desconocimiento de la ley no exime su cumplimiento, así que aguas con aquellos que se hacen los vivos y siguen haciendo de las suyas en áreas protegidas”, señaló.
Cabe destacar que fue en el 2018, cuando el segundo ejido más grande de Quintana Roo, Laguna Om, decidió crear una zona de conservación comunitaria de 35 mil hectáreas. Para ello las y los ejidatarios llevaron a cabo las gestiones y tomaron los acuerdos comunitarios durante el año 2019, con el fin de lograr el reconocimiento como Área Destinada Voluntariamente a la Conservación” (ADVC) por parte de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
El ejido Laguna Om, ubicado en el sur de Quintana Roo, recibió el certificado como Área Destinada Voluntariamente a la Conservación, gracias a que destinó 35 mil hectáreas para promover mayores fuentes de empleo a través de proyectos ecoturísticos, evitar la caza furtiva y la presencia de los depredadores.
Más de tres mil personas que realizan actividades productivas sustentables serán beneficiadas, pues podrán mejorar su economía, vivir mejor y disminuir las desigualdades sociales; será fomentado el turismo de bajo impacto, así como la educación ambiental en apego a lo establecido por las leyes de ecología.
El área natural protegida de Laguna Om se conecta con los esfuerzos del ejido Nuevo Becal y con la zona de influencia de la Reserva de la Biósfera, logrando un corredor biológico muy importante para la conservación de las selvas en la región.
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RM