El ciberacoso se hace presente entre menores de edad durante la pandemia, debido al confinamiento que obliga a niños y adolescentes a estar más tiempo frente a dispositivos con Internet, además de que con las clases en línea, la única forma de socialización es a través de una pantalla, por lo que las interacciones ahora son en redes sociales, sostuvo el encargado del Grupo Especializado de Atención a la Violencia Intrafamiliar y Género (Geavig), Manuel Martín Mex.
Sostuvo que en lo que va del año han tenido cuatro reportes de ciberacoso, de los cuales dos reportaron a la policía municipal y pidieron la orientación y acompañamiento del Geavig, para acudir a interponer su denuncia en la mesa especializada en la Fiscalía General del Estado (FGE) en Cancún, dos más dijeron querer hacerlo por su cuenta y se desconoce si lo hicieron.
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Manuel Martín Mex, señaló que de los dos casos que aceptaron el acompañamiento, el más reciente fue hace tres días, cuando una menor, al sentirse seguida por un sujeto, pidió apoyo de la Policía Municipal.
La chica contó lo sucedido y acudió a las oficinas del Geavig en Seguridad Publica, donde presentó capturas de Inbox de sus redes sociales, donde el tipo la acosa, le hacía insinuaciones y no conforme, la seguía al salir de su casa.
La denuncia se hizo ante la Fiscalía, que pidió la integración del expediente y se le acompañó hasta Cancún a la mesa especializada, donde se le otorgó una medida cautelar, es decir, el sujeto denunciado no puede acercarse a ella ni mandarle mensajes, de incumplir sería detenido y se le turnaría a la autoridad ministerial.
Hasta el momento es el único caso que ha tenido una resolución pronta, porque también la falta de recursos para viajar a Cancún, hace desistir a los denunciantes y es donde el Geavig busca por todos los medios no sólo brindar el asesoramiento y acompañamiento, sino también proveer facilidades a las víctimas, incluso trasladándolas ellos mismos.
Explicó que los trabajos de aproximación social que aplica la Policía municipal al recorrer Kantunilkín a pie, en bicicleta y los recorridos con las patrullas, está dando resultados, porque las víctimas están abordando a los agentes y pidiendo ayuda.
Hay casos que no se denuncian
El funcionario sostuvo que hace unos días se enteraron de las denuncias realizadas en redes sociales, donde varias víctimas exponían a una mujer que durante las madrugadas les enviaba mensajes, ofreciéndoles trabajo desde casa y en línea, de modo que pensando que se trataría de venta de ropa, cosméticos o algún otro tipo de trabajo, pedían información.
Ahí la mujer les decía que se trataba de vender fotos en traje de baño o fotos más íntimas para entretener a adultos de la Ciudad de México, que pagaban hasta 950 pesos semanales y no se tenían riesgos, ya que se tapaban los rostros en las imágenes.
Aunque fueron varias las que denunciaron que recibieron el mensaje, ninguna denunció, “por pena, por miedo o porque no le dieron importancia a la propuesta, entre otras razones”; sin embargo, el Geavig ha contactado a algunas de ellas o sus familiares para explicar los procedimientos de la denuncia, el asesoramiento y acompañamiento que se les brinda, pero no se han decidido a interponer la demanda.
Ahora con la Ley Olimpia la dependencia promueve la cultura de la denuncia, sobre todo en estos casos donde se les ofrece trabajo o se les contacta para comprarles fotos íntimas, “ya que así como hay quienes denuncian en redes sociales para prevenir a otras jovencitas, hay quienes caen en el engaño”.
Martín Mex recordó que hace dos años se registró uno de los delitos más redituables, la distribución de material no autorizado por las víctimas, el cual circulaba de celular en celular bajo los términos conocidos como el pack, es decir, imágenes de desnudos o contenido sexual que mujeres enviaron a sus exnovios o que fueron robados de sus celulares al dejarlos en casa de empeños.
Fueron más de 30 las jovencitas afectadas en el municipio, pero ninguna denunció y con la Ley Olimpia que comenzaba a tener impacto, se hablaba mucho de las sanciones que podían aplicarse a los responsables, por lo que el sexting disminuyó y el ofrecimiento de los packs quedó en el olvido.
Ahora el ciberacoso va surgiendo entre niños y jóvenes, que pasan más tiempo conectados a Internet, haciendo tareas y manteniéndose actualizados en sus redes sociales.
Víctima relata su experiencia
Yeimi, de 15 años de edad, fue quien hizo pública una plática con la mujer que le ofrecía vender fotos de su cuerpo, en traje de baño, ropa interior y hasta desnudos, asegurándole buenas ganancias, sin riesgos y que nadie se enteraría.
La joven contó al Por Esto! Quintana Roo cómo fue abordada por esta persona que se encuentra en su lista de amigos de Facebook, una mujer a la que había aceptado hace un tiempo porque es de Kantunilkín, con quien a pesar de hacerse amigos virtuales, nunca habían cruzado plática.
El 2 de julio, al regresar de trabajar en la taquería de su papá, como a las dos de la mañana, se conectó a sus redes sociales y a Internet para buscar información de sus tareas, fue cuando le llegó el mensaje, saludándola y preguntándole si le interesaba un trabajo.
“Yo creí que por decir que trabajaría desde casa y en línea, se refería a vender ropa, cosméticos, venta de zapatos por catálogo o cualquier otro trabajo; sin embargo, me mencionó que se trataba de enviar fotos en traje de baño, ropa interior y hasta íntimas, con el rostro tapado, para entretener adultos de la Ciudad de México”, relató la adolescente.
Comenta que la mujer insistía que nadie tendría conocimiento de que era ella y tendría buena paga semanal; sin embargo, su respuesta fue que no.
La mujer, de quien no reveló el nombre, insistía que ganaría bien y una prueba era que ya tenía varias amigas trabajando y nadie de su familia sabía nada, porque todo era seguro.
“Le dije que yo no puedo hacer eso y que debe tener cuidado porque tarde o temprano su familia se enterará a que se dedica y era mejor que se diera a respetar”, por lo que tomó la decisión de hacerlo público en redes sociales, para prevenir a otras jóvenes.
Relató que días después la mujer, mayor que ella en edad, llegó a la taquería de su familia y le explicó que su Facebook fue hackeado, que ella no mandó los mensajes y que se encargaría de hacer la denuncia ante la Fiscalía porque están utilizando su nombre para cometer delitos.
Ante esta situación dijo ya no piensa en denunciar, puesto que de ser otras personas que están detrás, robándose identidades de conocidos, el riesgo es mayor y teme por su integridad.
Al menos cinco mujeres más de entre 14 y 17 años fueron abordadas por esta persona de Kantunilkín o de quien se haya apoderado de su cuente de Facebook, que envió los mensajes ofreciéndoles trabajo; sin embargo, aseguran no haberle dado importancia al ofrecimiento, por lo que no realizaron la denuncia.
Además señalaron que la mujer asegura que le hackearon su cuenta de Facebook, pero en ningún momento lo reportó a la plataforma para que la bloqueen y crear otra donde aclare el supuesto mal entendido, de modo que su versión no es del todo convincente.
En el Geavig piden a las mujeres no caer en este tipo de trampas y denunciar aunque sea sólo en redes sociales o contárselo a sus familiares para que estos decidan qué hacer al respecto y no tomar un camino fácil para obtener dinero, que más tarde puede acabar denigrando su condición de mujer.
JCL