Desde pequeña le gustaba dibujar y su familia se sorprendía con su habilidad -heredada de uno de sus tíos- pero Perla Yazmín Cimé Santos jamás imaginó que ese talento le ayudaría a subsistir en medio de la pandemia, pues se le ocurrió implementar su propio “Bally Paint” (pintura de vientre).
Es originaria de esta isla y tiene 26 años de edad; hasta antes de la crisis sanitaria se dedicaba al maquillaje de Halloween, junto con su hermana Rosario. Sin embargo, el año pasado, como muchas personas, su esposo se quedó sin empleo.
Con el fin de obtener ingresos para sostener su familia -que incluye un niño-, salieron a las calles a vender churros, pero no fue suficiente.
Así que a Perla se le ocurrió pintar el vientre de mujeres embarazadas; promovió el servicio en redes sociales y tuvo una buena respuesta, sobre todo porque -asegura- no cobra caro, ya que no es profesional, sino aficionada.
Refiere que en cada trabajo ocupa de 40 a 50 minutos y muchos la buscan para los baby shower, porque lo consideran un lindo detalle para el bebé que está por nacer.
Aunque aspira a establecer un negocio formal, dice que no cuenta con el capital suficiente para ello, sobre todo porque las pinturas que utiliza (hipoalergénicas a prueba de agua) tienen un costo elevado -oscila entre 300 y 800 pesos-. Explicó que su talento lo heredó de un tío que sabe dibujar; incluso, un primo se dedica a hacer tatuajes.
Recientemente, Perla Yazmín obtuvo el tercer lugar en un concurso nacional denominado “Del Alma al Pincel”, para principiantes, promovido por la empresa que donde compra pinturas.
Dice que su mayor inspiración fue su tío, fallecido hace seis meses, con quien se identificó mucho y a quien recuerda como “una persona noble y de gran corazón”. Por eso, a él le dedica este tercer lugar, “en un rinconcito allá en el cielo”.
JCL