Quintana Roo

El Secretario de la Cooperativa Turística de Chiquilá indicó que solicitarán el aumento en el número de turistas que puedan abordar a las embarcaciones, bajo las medidas sanitarias contra el COVID-19

En esta temporada vacacional los lancheros turísticos en Chiquilá han tenido una considerable actividad en sus tours clásicos; sin embargo, consideraron que requieren ampliar la capacidad de paseantes en sus embarcaciones, con al menos uno o dos espacios más, ya que actualmente sólo pueden llevar alrededor de seis pasajeros, debido las normas sanitarias por el COVID-19.

Germán Herrera Olivar, Secretario de la Cooperativa Turística “Yalikín”, sostuvo que en este periodo han tenido buena demanda de servicios náuticos, desde grupos de personas que vienen a través de agencias de viajes, como de turistas que llegan de forma independiente para pasar a Holbox.

Sostuvo que también les requieren los paseos de avistamiento del tiburón ballena, pero lo que más les solicitan son los tours clásicos, al ojo de agua Yalahau, Isla Pájaros e Isla de la Pasión, de modo que se tiene una buena actividad.

Herrera Olivar señaló que en el recorrido clásico el único lugar que tiene un costo extra es el ojo de agua Yalahau, donde el turista tiene que pagar 50 pesos para ingresar, donde permanecen alrededor de una hora antes de continuar con el recorrido completo, el cual cuesta 600 pesos por persona.

Sin embargo, dijo que a pesar de tener una buena actividad, los beneficios no se reflejan del todo, ya que trabajan con una capacidad máxima de seis personas por embarcación, de las 10 que se pueden llevar.

Explicó que ante esta situación, los lancheros en Chiquilá están solicitando les permitan ampliar su capacidad, con uno o dos pasajeros más, para que puedan ver sus ganancias en esta temporada vacacional.

Los casi 100 lancheros consideraron que la actividad que realizan es al aire libre, de modo que el riesgo de contagio del COVID-19 debe ser menor a los lugares cerrados, como autobuses o vans turísticas, en los que llegan los grupos de visitantes.

Además de que las familias siempre llegan en grupos un poco grandes y por la capacidad restringida deben pedir dos lanchas, lo que representa un gasto extra para los visitantes que prefieran, en algunos casos, no hacer los recorridos.

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Dijo que en las embarcaciones se cumple con los protocolos sanitarios, uso del cubrebocas, gel antibacterial y las embarcaciones se sanitizan después de cada viaje para evitar los riesgos de contagio del coronavirus.

CG