Elena es una de las más de 346 mil personas de Quintana Roo que se unieron a las estadísticas de la pobreza. La pandemia fue el principal factor, pero también lo fue la delincuencia.
Tras enfermar de COVID-19, dejó su profesión como maestra y optó por vender salbutes, un alimento tradicional de la Península de Yucatán. Su sazón conquistó el paladar de sus vecinos, quienes hicieron que sintiera que comenzaba a recuperarse, pero unos meses después, un hombre llegó a cobrarle, con amenazas, una cuota por derecho de piso. Elena ignoró el llamado y días después, su negocio y su casa, en la Región 95, fueron quemados.
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De acuerdo con el último informe “Medición de la Pobreza”, elaborado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), 346 mil 504 personas se consideraron nuevos pobres en 2020, lo que representa un incremento de 17.3 por ciento, en comparación con 2018. Esta cantidad es mayor que la población de Othón P. Blanco o Solidaridad.
En otras palabras, en 2018, 30.2 por ciento de la población en la entidad estaba en rezago, es decir, 543 mil 371 personas; dos años después, el porcentaje pasó a 47.5, con 892 mil 875 habitantes con carencias.
La pobreza extrema también dio un salto dramático, pues incrementó 189 por ciento en el mismo periodo. Al inicio del estudio se contabilizaron 69 mil cinco personas en esa condición y en el último registro, la cifra ascendió a 199 mil 439. Es decir, en ese lapso, 130 mil 434 quintanarroenses más presentaron esta situación, lo que equivale a tres veces la población del municipio de Bacalar.
Elías, vecino de la colonia Valle Verde, en Cancún, es otro de los afectados por la crisis económica y sanitaria. Contrajo COVID-19 en la primera ola de la pandemia y debido a sus síntomas, estuvo internado nueve días en el Hospital General “Jesús Kumate Rodríguez”, debatiéndose entre librar el virus y la incertidumbre de no saber cómo sería su vida cuando lo dieran de alta. Las enfermedades que ya padecía se agravaron y su estado de salud le impidió trabajar durante cuatro meses.
Es zapatero de oficio y su único ingreso económico depende de los clientes que acuden a él. Sin embargo, desde antes de la pandemia notó que la demanda de reparación de calzado disminuyó. “Se gana poco; hay días que no hay nada y otros que sí, por lo menos da para comer”.
Y es que de acuerdo con el Coneval, “una persona se encuentra en situación de pobreza cuando presenta al menos una carencia social y no tiene un ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades”.
Asimismo, la pobreza moderada repuntó en el lapso que indica el mismo reporte, , pasó de 26.4 a 36.9 por ciento del total de población, un incremento porcentual de 10.5, en el estado gobernado por Carlos Joaquín González.
Cuenta de ello dio Wendy, ama de casa y habitante de la colonia Tres Reyes, quien día a día debe administrar mejor el dinero para poder comprar la comida. En dos años, se percató de que subió el precio del azúcar, el pan, la leche y el gas “si no tenemos gas, no cocinamos”, se lamentó.
Juliana respaldó a su vecina: dijo que antes, con 200 pesos adquiría más productos para surtir su despensa: “un poco de café, azúcar, frijolitos y arroz”. Ahora, asegura que con 800 pesos apenas le alcanza para adquirir lo básico, “tenemos que lucharle y hacer que nos rinda el dinero para poder comer”.
Quintana Roo, puntero nacional en pobreza
Quintana Roo lidera el indicador de pobreza a nivel país, con mayor incremento en dos años.
En el balance nacional de la situación moderada de carencia, la entidad se coloca en segundo sitio con un crecimiento de 45.3 por ciento, entre 2018 y 2020. Sólo está por debajo de Baja California Sur, donde aumentó 51 por ciento.
El incremento de 189 por ciento de rezago extremo situó al estado en la tercera posición en el país; detrás de Tlaxcala y Nuevo León, que registraron un crecimiento de 211.4 y 206.5 por ciento, respectivamente.
Entre las carencias que el organismo consideró para su estudio, destacan la inaccesibilidad a la seguridad social, a una alimentación nutritiva, a la calidad, espacios y servicios que disponen las viviendas y al acceso a la educación básica, entre otras.
Desestima Carlos Joaquín estudio del Coneval
El mandatario estatal apuntó que el último reporte del Coneval “dista mucho” de la situación actual de pobreza de Quintana Roo, pues se realizó entre agosto y octubre del año pasado, en los “momentos más críticos del COVID”, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) y el empleo cayeron y “el factor de ingreso fue el que más se dañó por la pandemia”.
Durante su intervención semanal, en la que presentó el Semáforo Epidemiológico Estatal, Joaquín González refirió que aumentaron el número de asientos de avión y la ocupación hotelera”.
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No obstante, con base en el mismo informe del organismo, la tendencia del poder adquisitivo del ingreso laboral señaló que en el cuarto trimestre del 2018, el índice era de 1.0794 y en el mismo periodo de 2020 fue de 1.7166; el pico más álgido de rezago para adquirir la canasta básica se registró entre julio y septiembre del año pasado, con un índice de 2.0560.
CG