“No esperes que las cosas te caigan del cielo, tienes que luchar para conseguirlas”, escribió Lucely Uc Chulin, el pasado 17 de agosto, en su perfil de Facebook, una semana antes de que su cuerpo sin vida fuera hallado entre piedras, en un terreno en Puerto Aventuras, a donde llegó desde su natal Campeche, en busca de materializar sus sueños: hallar un trabajo digno que la acercara a sus metas.
Tenía 26 años, estudió la licenciatura en Administración de Empresas, en el Instituto Tecnológico Superior de Hopelchén, su hogar, uno de los históricos municipios indígenas de Campeche; era la única profesionista de la familia. Para ayudarse vendía productos de belleza entre sus amigos y conocidos.
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Lucely venía de un proceso de duelo del que intentaba reponerse: en abril de 2020 perdió a su mamá, víctima de cáncer.
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Su última publicación en redes sociales fue el 21 de agosto: “Recuerda, tú no eres una opción, eres un privilegio y quien no sepa valorarlo, mejor que te pierda”. Siete días después, su gente publicó en ese mismo muro un desesperado mensaje: “Estimados amigos, somos sus familiares que accedimos a la cuenta de Face para ver si podemos obtener algún tipo de información sobre el paradero de Lucely. Aún no tenemos información sobre ella y su paradero, por favor sigan compartiendo, gracias”.
Los únicos datos que recibieron fueron los que emitió el Fiscal General de Quintana Roo, Óscar Montes de Oca: “…el 30 de agosto se recibió un reporte al 911, referente al hallazgo de un cuerpo sin vida de una persona del sexo femenino, en un área verde de la localidad de Puerto Maya (…). Se confirmó que se trataba de la misma persona reportada como desaparecida, Lucely Uc Chulin'.
Según comentó una de sus familiares a Por Esto!, Lucely sólo cumplió una de las tantas metas que se había propuesto en vida: tener una carrera profesional para sacar adelante a su familia, ya que luego de la pérdida de su madre apoyaba a su padre económicamente para que ella y sus hermanos pudieran sostenerse.
La venta de cosméticos le ayudó en ese propósito y gracias a esta actividad pagó sus estudios. Era tanto el amor que sentía por los suyos, que no permitió que la crisis por la pandemia y el dolor por la irreparable pérdida de quien la trajo a este mundo, truncaran el futuro que se estaba forjando; siempre optimista a pesar de las circunstancias, dijo su prima Kristel en entrevista.
La mañana del 25 de agosto salió entusiasmada de casa, con ganas de regresar con buenas noticias y contarles a los suyos que había obtenido un empleo que le permitiría tener un ingreso estable, no como para darse una vida de lujos, pero sí para evitar padecer de lo más básico.
Por desgracia, la puerta se cerró el día en que fue a perseguir sus sueños, jamás se volvería a abrir con ella de regreso. “El destino le puso a un hombre en su camino. Se presume que él también tenía la necesidad de trabajar, ya que se conocieron cuando ambos se dirigían a la entrevista laboral. Me da coraje que se haya encontrado con ella en su camino”, se lamentó Kristel, quien aún no puede creer que ya no volverá a ver a su prima.
Kristel, como toda la familia Uc Chulin, sabe que nada le devolverá la vida a Lucely. “Nos alivia pensar que el culpable está encerrado. No queremos más, sólo queremos justicia y que todo quede en manos de Dios”.
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CG