Con el objetivo de un retorno seguro a las aulas, integrantes del colectivo feminista Rugir Violeta interpusieron el pasado 26 de agosto del 2021, con el apoyo de sus tutoras, dos amparos ante el Poder Judicial de la Federación (PJF), en el Juzgado Primero de Distrito en Chetumal, para exigir ser vacunadas con la dosis de Pfizer, que ha sido avalada por la Organización Mundial de la Salud para ser aplicada a menores de edad.
“Deseamos regresar a clases, convivir con nuestras compañeras y compañeros, y saludar a nuestras maestras y maestros, pero sin la vacuna estamos altamente expuestas a contraer el virus e incluso a perder la vida”, expresó Marián Villanueva, dirigente del colectivo Rugir Violeta y menor de edad, quien invita a todas las niñas y adolescentes del Estado que así lo deseen, a solicitar información para presentar su amparo y ser vacunadas contra la enfermedad.
Ante la admisión de los amparos que ya se encuentran en trámite ante el Juzgado Primero de Distrito, esperan pronto lograr que se respete su derecho a la educación y a la salud.
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“El derecho a la educación no está por encima de su derecho a la salud”, afirmó Ariadne Song Anguas, del colectivo feminista Xtabay, quien expresó que el regreso a clases presenciales, impuesto por las autoridades, se ha dado en un contexto no recomendable, con escuelas sin agua, sin luz, sin los insumos básicos para mantener y garantizar la salud de las niñas, niños y adolescentes.
“Enviar a los niños, niñas y adolescentes a clases presenciales en Quintana Roo sin la vacuna contra el COVID-19 es un riesgo que padres de familia e integrantes de los colectivos feministas no quieren correr”, expresó.
Afirmó que como madre de familia apoya la demanda del colectivo Rugir Violeta, integrado por niñas y adolescentes del Estado, al llamado a la niñez quintanarroense para exigir ser vacunados antes de volver a las aulas. “Es una decisión tomada por las autoridades, por adultos, pero nadie le preguntó a los niños y ellos también tienen derecho a opinar, a expresar su sentir y hacernos saber si quieren regresar o no a las aulas, y es válido si tienen miedo de contagiarse por el COVID-19, por ello es legítimo exigir ser vacunadas contra la enfermedad antes de volver a las aulas de manera presencial”.
Este tipo de iniciativas, aseguró Ariadne Song Anguas, nace ante el temor que, sobre todo, los adolescentes tienen de contagiarse de COVID-19, toda vez que la naturaleza de los niños es abrazar de manera espontánea a sus amigos, a sus maestros, jugar en el recreo o interactuar con sus padres, lo que eleva la probabilidad de contagio.
Debido a ello, la inquietud y miedo de algunas integrantes del colectivo Rugir Violeta de contagiarse de COVID-19 fue externado a sus tutoras, quienes aceptaron su deseo de vacunarse y las apoyaron para presentar los amparos, al mismo tiempo que preguntan a otras niñas y adolescentes si desean ser vacunadas. “Y tú, ¿Le pedirías a tu tutor o tutora que te apoye para lograr ser vacunada?”, indicó.
Finalmente, Song Anguas lamentó que algunas autoridades minimicen la vacunación de los niños porque no es prioridad, cuando en países como Estados Unidos, algunos de América del Sur y Europa ya se está realizando. “En esos países sí privilegian la salud de los niños y niñas tomando muy en serio el protegerlos contra esta enfermedad que cada día lleva a más niños a los hospitales e incluso les ha quitado la vida”.
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CG