Quintana Roo

Conmemoran el Día de la Enfermería con repunte de casos de COVID-19 en Quintana Roo

A más de un año de iniciada la pandemia, muchos trabajadores del sistema de salud de Quintana Roo laboran con contratos indefinidos a pesar de las promesas del Gobierno de dotarlos de plazas
A pesar de todas las medidas estrictas que siguen durante su horario laboral, personal de salud se arriesga al infectándose de COVID-19 / David Pérez

Hoy se celebra el Día de la Enfermería en México, en medio de un repunte de casos de COVID-19, debido a la relajación de los protocolos sanitarios por las fiestas decembrinas, en el que los profesionales de la salud arriesgan su integridad en beneficio de la población, aunque en muchos de los casos, quienes enfrentan al virus de frente no cuentan con una certeza laboral, pues a más de un año de iniciada la pandemia, laboran con contrato indefinido, a pesar de las promesas del Gobierno de dotarlos de plazas dentro del sistema de salud.

Allen Ismael Pérez Ruiz, es un enfermero y psicólogo, quién durante 2020 y 2021 enfrentó al virus en las áreas de pacientes COVID-19, en los Hospitales General de Chetumal y en el Hospital Insabi COVID, operado por elementos del Ejército.

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“Respondí a una convocatoria que emitió la Secretaría de Salud, en la que informaban que contratarían a personal médico, desde que entré fui enviado al área COVID-19 y no hubo tiempo de pensar en nada más que en ayudar a la gente que estaba enferma”, señaló entrevistado.

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En el informe de Gobierno más reciente, el mandatario Estatal, Carlos Joaquín González, informó que para enfrentar la pandemia la Secretaría de Salud contrató más personal, consistente en 151 médicos (135 médicos generales y 16 especialistas), 238 enfermeras, 5 personal de inhaloterapia, 21 laboratoristas y 243 personas de áreas afines, es decir de 658 nuevas contrataciones, exclusivo para la atención de enfermedades respiratorias.

Lo que no dijo en aquel entonces, es que la mayoría, no tiene una certeza laboral, pues al trabajar a través de contratos, pueden ser despedidos en cualquier momento, a pesar de estar en la primera línea de atención de pacientes infectados con COVID-19.

En ese sentido, dijo que aunque se planeaba contratar al personal que actuó de emergente, sólo quienes en su momento trabajaron para el ISSSTE o el IMSS, ya tienen una plaza y cobran bonos, pero, a trabajadores del Sector Salud Estatal se les paga a través de contratos, muchos de ellos de tiempo indefinido, es decir, que pueden ser rescindidos en cualquier momento.

Pérez Ruiz reconoció que vivió momentos difíciles, junto con sus compañeros, puesto que al principio no había un protocolo para atender a los pacientes y sólo se les suministraban medicamentos con base en sus síntomas, ya que a nivel mundial se desconocía de un tratamiento efectivo para combatir la enfermedad.

“No puedo hacer un recuento de cuantas personas atendí, ya que eran demasiadas, todos los días iban y veían algunos graves, otros estables y algunos sólo con síntomas leves” explicó, al tiempo de señalar que debido a que los resultados de las pruebas tardaban hasta cinco días en ser entregados, priorizaban la atención de aquellos pacientes que llegaban con saturación de oxigeno baja, pues era un síntoma inequívoco, de que tenían COVID-19.

El enfermero Explicó que al principio las enfermedades respiratorias, se confundían con síntomas de coronavirus, por lo que era necesario utilizar la experiencia y aprender a reconocer que casos sí podrían ser COVID-19 y cuáles no, aunque a todos se les atendía de la misma forma, con las mismas medidas de precaución.

En la parte más álgida de la pandemia, trabajaban hasta 12 horas, utilizaban un traje y equipo compuesto por filtros, guantes, gafas para no contagiarse, aunque al salir del área COVID-19 eran desinfectados y se bañaban en zonas apartadas del resto del personal, cuando llegaba a su casa, repetía el procedimiento para mantener a salvo a su familia.

A pesar de todas las medidas estrictas que seguía durante su horario laboral, terminó infectándose de COVID-19, aunque sus síntomas fueron sólo leves, lo que permitió que sus familiares no se infectaran.

“El estado anímico es muy importante con los pacientes, yo platicaba con los que se encontraban estables, les leía las cartas que les enviaban sus familiares y nos poníamos a cantar, todo lo que pudiera ayudarles a estar anímicamente bien” señaló.

El joven reconoció que en ocasiones era triste llegar a su área de trabajo y ver a pacientes intubados o en áreas críticas, cuando días antes estaban estables.

“Era nuestro trabajo atender y eso hacíamos, no había tiempo de pensar, si no de actuar” resaltó.

A dos años de la pandemia, aún existen personas que se nieguen a seguir protocolos de prevención como el uso del cubrebocas, la Sana Distancia o aplicarse gel antibacterial, lamentó.

“La gente tiene que hacer conciencia en las medidas de prevención, el cubrebocas, el gel, la sana distancia, nada de eso se compara con estar en un área de hospitalización intubado” sentenció.

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jcl