Abarrotado desde temprano permaneció el Mercado 23 de Cancún, Quintana Roo; en lo que fue una adelantada celebración de Día de muertos, aunque generalmente se celebra los primeros tres días de noviembre.
Comensales que tomaban chocolate para recordar y celebrar a sus deudos, compradores de flores, calaveritas, dulces, incienso y todo lo necesario para hacer sus altares; el mercado 23 fue una celebración de congregados celebrando en viva tradición mexicana a los muertos.
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Mientras que en contraste, el Mercado 28, antes uno de los más concurridos de la ciudad de Cancún, luce vacío; "Ni un alma en pena", dice Don julio, un vendedor con más de treinta años en ese mercado, que ha pasado a ser más una pequeña placita de artesanías y venta de productos para el turismo extranjero, y se nota.
La desolación que se vive en el mercado 28 es clara, y la tradición más marcada del día de muertos y el mercado con más mexicanidad de Cancún, Quintana Roo, se vive en congregación por los deudos, en el mercado 23; luz y sombra son ambos mercados; el 23 es luz y celebración a los difuntos, y el 28, apenas una sombra dicen meseros y vendedores de ese mercado, en donde afirman "ni se adorna para recibir y celebrar a los difuntos", y don Julio remata, asegurando que hoy el mercado 28 "está más muerto que los muertos".
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JG