En el panteón Municipal de Chetumal se encuentran sepultados diferentes personajes de la historia de la Capital del Estado; pero de todos llama la atención el Subteniente Rosalino López, quien fue fusilado junto con dos soldados más, en un acto de heroísmo militar, al negarse a servir a las fuerzas huertistas.
El panteón capitalino encierra varias historias, como la de la “Niña del Taco”, cuyo nombre era María del Carmen RodríguezLeón, quien murió en junio de 1959 después de atragantarse con un taco.
Por este motivo, su familia erigió una tumba con la imagen de la niña, lo que lo convirtió en una de las más vistosas que se encuentran en el camposanto.
Otra de las más vistosas y visitadas por los habitantes de Chetumal durante el Día de Muertos, es la que guarda los restos de los pilotos de la Fuerza AéreaJuan Sosa Martínez y Gilberto Hernández Vega, así como el mecánico José Magaña Sánchez, el sacerdote José Fuentes Castellanos, los médicos Ramón Mendoza Vega y Enrique Paredes Aguilar, así como el profesor José Sevilla Serdán, quienes realizaron escala en Chetumal, el 31 de octubre de 1961, pues fue en esta ciudad donde se reabastecieron de combustible para llevar ayuda al vecino país de Belice, que había sido impactado por el Huracán “Hattie”.
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Sin embargo, no llegaron a su sesión y fue hasta 1969 cuando se ubicaron los restos de la aeronave en una zona de la carretera Chetumal-Belice, fue entonces que la hélice de la aeronave se colocó en su tumba, para recordarlos.
No obstante, el personaje más icónico que se encuentra sepultado en el panteón, es el Subteniente Rosalino López, quien junto con el cabo Justo Martínez y el soldado Urbano Ubaldo, cuya historia de lealtad ha trascendido hasta nuestros días.
En 1923, el Subteniente López había sido comisionado por el presidente Álvaro Obregón, para resguardar la comunidad fronteriza de Santa Elena, ubicada a 8 kilómetros de Chetumal.
Sin embargo, durante la revuelta “delahuertista” de ese mismo año, le ofrecieron integrarse a ese movimiento, pero se negó al demostrar lealtad al Presidente Obregón, por lo que fue fusilado junto con Justo Martínez y Urbano Ubaldo, en el primer panteón de Chetumal ubicado en el cruce de las avenidas Héroes con Héroes de Chapultepec.
Al cambiarse el panteón, hacia un predio de la Efraín Aguilar, también se llevaron los restos del Subteniente López, junto con sus compañeros a ese panteón, donde se erigió un monumento que persiste hasta el día de hoy y donde se da cuenta del acto de lealtad y patriotismo que realizaron.
Por ese mismo motivo la comunidad de Santa Elena, cambió su nombre a Subteniente López, sitio a donde estaba asignado hasta antes de su fusilamiento.
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NR