Pese a que el Ayuntamiento no emitió permisos para su venta, y llama a la ciudadanía a que no compre pirotecnia por su bien, hay vendedores de petardos y bombitas en la colonia Luis Donaldo Colosio, sobre la avenida 30.
Es importante recordar que desde el 15 de noviembre, personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Cuerpo de Bomberos y Protección Civil Municipal aseguraron una tonelada de fuegos artificiales en un domicilio en Playa del Carmen, luego de una denuncia al 911.
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Sin embargo, este medio de comunicación detectó dos puestos en la colonia popular, con luces de bengalas, huevitos, tronadores, palomitas y hasta los más temidos petardos. Los precios varían de los 60 a poco más de 100 pesos.
A través de un video de concientización, la Secretaría de Seguridad Pública invita a la gente a no adquirir la pirotecnia, porque corren peligro los niños, adultos mayores y las mascotas, los cuales pueden resultar con heridas, quedar ciegos y hasta perder alguna extremidad.
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La nube de la explosión puede causar envenenamiento a la gente que está cerca e incluso la muerte y los metales impactan el sistema respiratorio; el estallido puede generar secuelas auditivas, porque el oído soporta ruidos hasta 90 decibeles y algunos explosivos llegan a los 190.
Al cuestionar al Secretario de Seguridad Pública Municipal, Raúl Alberto Tassinari González por la instalación de estos pequeños establecimientos, dijo que “todos los días nos cita Protección Civil, así como Fiscalización y Comercio, quienes llevan el mando del operativo para verificar esos lugares, tanto en la Colosio como en Villas del Sol; ellos son los que hacen las revisiones y nosotros damos el acompañamiento y seguridad”.
Cabe mencionar que para los festejos de las fechas patrias no se detectaron ventas a lo largo de la avenida 30, que conecta el Centro de la ciudad con la zona comercial de la colonia Luis Donaldo Colosio; pero la comercialización fue visible a partir del pasado 12 de diciembre, con un puesto ambulante donde estaban reventando cohetes voladores, y aunque lucían bien las luces en el cielo, los creyentes que arribaron con sus perritos a la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe fueron los más asustados por los explosivos.
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NR