Fatal accidente en la carretera Cancún-Mérida, entre un autobús de la empresa Autobuses de Oriente (ADO) y un camión de volteo cargado de material, dejó como saldo ocho muertos, entre estos, una niña de nueve años y al menos 16 lesionados.
La pesadilla inició para una familia que perdió a su hija, de nueve años de edad, de nacionalidad mexicana, mientras que su pequeña hermana resultó lesionada.
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Eran alrededor de las 10:40 horas de ayer, cuando un autobús de la empresa ADO, con número económico 498, transitaba por la carretera hacia el destino turístico, a la altura del tramo de “El Tintal”, perteneciente al municipio de Lázaro Cárdenas.
De pronto, en una zona donde se están haciendo adecuaciones por los trabajos del Tren Maya, el operador de un camión de volteo, de la marca Kenworth, blanco, salió de una brecha en donde cargó material.
De acuerdo con versiones de pasajeros del autobús, el camión de volteo se incorporó a la vía de forma intempestiva, por lo que impactó con la unidad de transporte, cuyo operador guiaba a exceso de velocidad, lo que causó que se saliera de la superficie de rodamiento.
A consecuencia de lo anterior, el autobús volcó sobre un costado, causando la muerte de varias personas; otras más quedaron atrapadas entre los fierros del autobús. Los menos lesionados lograron salir por sus propios medios y enseguida auxiliaron a los demás.
Un trabajador del tramo carretero donde se realizan obras para el Tramo 4 del Tren Maya, ubicado en el kilómetro 242, contó que mientras ayudaba a la gente a salir, se escuchaban gritos de niños y adultos pidiendo auxilio al estar atrapados debajo o dentro del autobús.
“De pronto, luego de unos 15 minutos, se dejaron de escuchar los gritos. Fue impactante, angustioso, porque no podíamos hacer nada, más que esperar a los cuerpos de emergencia”, dijo otro de los trabajadores.
Más tarde, arribaron elementos de la Policía Municipal, Guardia Nacional, Bomberos, Protección Civil, personal de la carretera y paramédicos de Playa del Carmen, de clínicas particulares, de la Cruz Roja de Cancún y de otros municipios, además de ambulancias de Lázaro Cárdenas.
Dada la magnitud del accidente, por el alto número de personas lesionadas y muertas, arribaron 10 ambulancias, cuyo personal sanitario prestó atención a los heridos.
La circulación del tramo carretero, en el kilómetro 242, fue cerrada por completo para permitir las labores de rescate.
A cuatro de los lesionados se les trasladó al Hospital General de Cancún“Jesús Kumate Rodríguez”. Dos de ellos son extranjeros y también hay un menor, cuyo estado de salud es reportado como grave.
Aurelio Espinosa Rojas, Director del nosocomio, en entrevista para Por Esto! precisó que a ese lugar ingresaron cuatro heridos del accidente carretero, tres de ellos adultos y el menor de edad, de entre cuatro y seis años, presuntamente de origen francés, mismo que fue llevado de urgencia al quirófano, al haber sufrió un severo traumatismo craneoencefálico y fracturas de costillas.
Agregó que los tres adultos, luego de la valoración, fueron trasladados a un hospital privado de Cancún, debido a que intervino el seguro médico de la empresa ADO.
El conductor de la unidad de transporte fue trasladado al nosocomio de Playamed, en el municipio de Benito Juárez, para su valoración.
Al Hospital General de Playa del Carmen, también ingresaron cuatro lesionados, tres de origen mexicano y un extranjero proveniente de Pakistán, quien se encuentra en estado crítico, pues fue valorado con politraumatismo lumbar.
Los trabajadores de la carretera corrían desesperados tratando de ayudar a la gente. Muchos, en crisis nerviosa, contestaban por inercia, pero en realidad no sabían bien, lo que pasaba. No podían creer lo que estaban viviendo. Mucha gente bañada en sangre, atrapada en el interior del autobús.
Cuerpos tirados en el monte a un costado del autobús, acordonamientos, vehículos de emergencia estacionados, bomberos con cara de angustia al entrar a la zona del desastre, no sabían si decir algo o no, pues los demás pasajeros querían saber si sus conocidos estaban con vida. Fueron sólo algunos de los momentos que se vivieron en el lugar del desastre.
Extranjeros vendados de los brazos, con golpes en el rostro y con la ropa sucia, se sentaron a un lado de la carretera utilizando una de las contenciones como respaldo. Esperaban su turno de ser atendidos; para cuando llegó la ayuda, enfrentaron otro problema: la barrera del idioma. Con un limitado español trataban de explicar sus dolencias a los socorristas.
Paramédicos ansiosos de ayudar, esperando que los bomberos extrajeran más personas lesionadas, pero con vida, para atenderlas y llevarlas de inmediato a un hospital y ponerlas fuera de peligro.
Alrededor de ocho horas duraron las labores de rescate. La lluvia parecía no dar tregua, sin embargo, a los elementos de emergencia no les importó, querían más gente viva, menos sufrimiento. Sus caras reflejaban el sentimiento de impotencia al no poder hacer más.
Entre los pasajeros había turistas extranjeros, quienes resultaron lesionados y fueron llevados en ambulancias particulares al Hospital Playamed, otros al Hospital General de Cancún.
Durante varias horas los bomberos fueron sacando a los lesionados. Utilizaron pinzas hidráulicas liberarlos de los fierros retorcidos del autobús.
Cabe mencionar que el operador del autobús de ADO fue extraído con mucha dificultad, ya que estaba atrapado entre el volante y el panorámico. Fue llevado al Hospital General de Cancún, sonde se reporta su estado delicado.
Mientas tanto, el Director del Hospital General, en Playa del Carmen, José Granados Nava, informó que hay tres heridos en ese nosocomio: un extranjero y dos mexicanos, quienes se mantendrán en observación, porque no presentan lesiones graves.
Un padre desesperado
Entre los pasajeros iba un mexicano, de entre 40 y 45 años de edad, quien resultó con lesiones en la cabeza. No quiso ser llevado a un hospital, pues decía que su hija estaba atrapada de un brazo y que no la habían sacado.
“Mi hija está atrapada de un brazo, pero estaba bien. No sé nada de ella. ¡Déjenme pasar! Quiero saber de mi hija, ¡por favor ayúdeme!”, le decía angustiado, el padre de familia a los elementos de la Guardia Nacional.
A pesar de que intentaba ingresar al lugar, los uniformados no se lo permitieron, pues también arribaron los agentes de la Policía Ministerial y de Servicios Periciales, quienes estaban levantando los cuerpos de los fallecidos.
El hombre desconocía qué más hacer. El dolor por sus lesiones no le importaba. Quería saber de su hija y no se lo permitían. Lloraba. Se frotaba la cara con las manos. Se tapaba de la lluvia con un pedazo de lona. Pasaban las horas y no sabía nada. Siguió esperando.
El operador del volquete fue asegurado y puesto a disposición de la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo (FGE) para los trámites correspondientes y el deslinde de responsabilidades, por lo que en las próximas horas se definirá su situación jurídica.
La lluvia entorpeció las diligencias, por lo que varias horas después, el operador de la grúa logró voltear el autobús y ponerlo en su posición normal para que los peritos especialistas realizaran su trabajo.
Fueron sacados más cuerpos del interior del autobús. En total, ocho fallecidos y al menos 16 lesionados, aunque otros presentaban golpes leves, pero no ameritaron traslado hospitalario.
En el autobús viajaban 39 personas, además del chofer. Salieron de Cancún hacia Mérida, en el Estado de Yucatán.
Luego de varias horas, las diligencias terminaron. El autobús fue retirado y el volquete quedó a disposición de las autoridades en lo que se deslindan responsabilidades.
Tras darse a conocer está trágica serie de decesos, que ha sido noticia nacional, hay ciudadanos como Cristel Morales, quienes expresaron su preocupación, ya que a diario miles de quintanarroenses se transportan en autobuses públicos y foráneos, por lo que señaló que la gente que viaje debe hacerlo de forma segura y, en caso de sufrir un accidente, el seguro debe responder, ya que a las empresas que prestan este servicio se les impone cumplir con esta reglamentación para operar.
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CG