La muerte de menores por agresiones es cada vez más latente en Quintana Roo, pues durante 2021 el Estado registró 24 defunciones de este tipo por cada 100 mil habitantes, según el informe “Defunciones por agresiones de infancia y adolescencia en México”, de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).
A nivel peninsular, la Entidad es la que más decesos de este tipo presenta, pues Yucatán registró cinco por cada 100 mil habitantes, mientras que Campeche tuvo uno; esto evidencia las faltas de estrategias en Quintana Roo para evitar estos crímenes.
“A pesar de la obligación de las autoridades de llevar a cabo las acciones necesarias para prevenir cualquier conducta que atente contra la supervivencia de niñas, niños y adolescentes, no se está haciendo, por lo que el porcentaje va en aumento”, señala el informe.
De las 24 defunciones registradas por cada 100 mil habitantes, 18 fueron hombres, mientras que seis eran mujeres; asimismo 12 de estos fallecimientos fueron adolescentes de 15 a 17 años, mientras que las restantes fueron de cero a 14 años.
“Redim condena esta nueva masacre que escala la violación a los derechos de las niñas, niños y adolescentes en México y llama a las autoridades a actuar para defender el derecho a la vida que deben tener nuestras infancias”, expresa el reporte.
Crímenes quedan impunes
Uno de los casos más sonados ocurrió el 15 de diciembre de 2021, cuando un menor de 13 años de edad fue asesinado a balazos en plena vía pública del fraccionamiento Villas Otoch Paraíso, uno de los puntos más peligrosos de la ciudad.
Según testigos, el adolescente estaba caminando cuando llegaron sujetos armados y lo rafaguearon; posteriormente se dieron a la fuga, así que el crimen quedó impune.
El chico vivía muy cerca de donde fue asesinado, por lo que al escuchar los balazos, sus padres salieron a ver qué pasaba y encontraron a su hijo sin vida, tendido sobre la banqueta, con impactos de bala.
“Es deplorable que el país siga acumulando la evidencia de la grave crisis de seguridad que vivimos, sin que se implementen estrategias que garanticen la vida de niños, niñas y adolescentes. Ellas y ellos no deben seguir muriendo por la violencia”, advierte el reporte de la Redim.
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JG